En la subasta hubo una puja por esa cantidad, frente al valor de 2,2 millones. En el mismo municipio camariñán, el área de As Carballas nunca llegó a salir adelante
30 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El polígono industrial privado de A Ponte do Porto ya tiene nuevo dueño: una sociedad de la zona que lo ha adquirido en subasta por 110.000 euros. Era la puja mínima, y la única que hubo, según se refleja en el área de subastas del Boletín Oficial del Estado, con fecha correspondiente a este pasado lunes, día 28. Y eso que el valor estimado de este parque es de 2,2 millones de euros, pero al final quedó por la mínima, en un lote único, que incluía todos los derechos sobre las parcelas que resulten del remate de las obras de urbanización del polígono. La certificación final puede consultarse en el Ministerio de la Presidencia, y pone fin a un proceso de concurso que se ha seguido en el Juzgado Mercantil número 2 de A Coruña, tras un período en el que esta propiedad ha estado bajo la tutela de un administrador concursal.
¿Y cómo se ha llegado a esta situación? Hay que recordar que hace diez años, a principios del 2011, los promotores del polígono privado de A Ponte do Porto recibieron un millón de euros del Ministerio de Industria, dentro de su plan de ayudas de reindustrialización. De este dinero, 200.000 euros eran a fondo perdido, y los otros 800.000 euros, a devolver en diez años, con cinco de carencia. Un dinero que había que devolver, pero no se hizo, porque las obras no terminaron por motivos burocráticos. Al mismo tiempo, Industria activaba el protocolo para recuperar el capital a través de Hacienda, que empezó a enviar cartas y notificaciones de embargo a los 34 socios iniciales con elevados intereses (casi 600.000 euros). Una cantidad inasumible, y eso que los empresarios intentaron llegar a acuerdos, pagando todo lo posible, flexibilizando las cuotas (más años a devolver, menos intereses), y alegando además que las demoras no eran imputables a ellos. Y con el problema añadido de que aquellos 34 empresarios iniciales fueron quedando en menos de la mitad (abandonos, fallecimientos, jubilaciones...), pero las deudas no. Como no hubo arreglo, entró la administración concursal. Con una paradoja: el Estado cobrará ahora menos de lo que le ofrecían para no llegar a ella.
El parque industrial saldrá adelante
El polígono es ahora propiedad de una sociedad de la zona, que muy probablemente (según fuentes involucradas en todo este proceso) permitirá a los socios adquirir la parte que les corresponde, respetando las permutas originales. Claro que para eso habrá que negociar, ver los derechos de cada socio o sus herederos, y seguir adelante con todo lo que falta. Que no es mucho, porque lo principal ya está hecho.
Quedan detalles de la urbanización y una buena limpieza que elimine los tojos en esta amplia explanada situada al lado de la carretera de Vimianzo a Camariñas, al lado del instituto. Los trámites más complejos, que pasaron por Augas, Patrimonio o la denuncia de algún afectado, ya están resueltos hace mucho. Tanto, que en noviembre del 2019 se retomaron las obras para acabar con las calles y las canalizaciones. Pero poco después ya llegaron los requerimientos de Hacienda (muchos no entendían tener que pagar 600.000 euros de intereses sin haber acabado las obras) y sobre todo, la pandemia, y se sumó una demora más a las muchas que ha habido en los 17 años que dura ya todo este proceso, desde aquellas asambleas en el Centro Cultural de A Ponte do Porto para sentar la bases del polígono privado. De los pocos de la Costa da Morte de iniciativa particular, junto al primero de Carballo o el de O Allo (salvado de sus irregularidades urbanísticas, que nunca tuvieron consecuencias prácticas, gracias a la acción del Concello de Zas y su conversión en público), cuya segunda fase está pendiente.
El área de As Carballas, en el olvido
Tras el Prestige llegó la fiebre de los polígonos industriales en el famoso Plan Galicia. A algunos, como Vimianzo (el primero), A Laracha o Cee, les costó mucho arrancar, pero parece que lo han hecho con fuerza. Otros siguen esperando, como el de Malpica, en Buño. Y hubo otros que se quedaron directamente en el papel, con muchas reuniones, pero sin ningún movimiento de tierra, como Laxe, Muxía o Camariñas. Este último estaba planificado en la zona de entrada de la localidad, en As Carballas (zona de Alto das Rubias), en el margen derecho de la AC-432. Iba a ser de 50.000 metros cuadrados brutos, finalmente aumentado a 58.000 (el de A Ponte do Porto es, o iba a ser, de 180.000 brutos). Pero no se hizo nada. El de Vimianzo, mientras, creció con alguna empresa camariñana. Ahora, la autovía debería llegar a Calo, y ya se verá si es un estímulo para las inversiones.