Buen arranque de la temporada de caza en la zona, pese a la lluvia

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Conejo y perdiz, las principales capturas de los casi 1.500 federados en la comarca

16 oct 2023 . Actualizado a las 21:11 h.

Los inicios de las temporadas de caza (pasa lo mismo con la pesca fluvial) pueden ser distintos incluso en el mismo tecor, en función de las iniciativas o expectativas de los cazadores. Un tecor es un terreno cinegéticamente ordenado, los antiguos cotos, que a veces se corresponden con el territorio municipal, pero otras no, así que los hay muy grandes y muy pequeños.

Cazadores en Malpica
Cazadores en Malpica BASILIO BELLO

En Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda, hay 24, que aglutinan a unos 1.500 cazadores federados (datos de hace dos temporadas). Es un número indicativo, porque son muchos los que tienen cuota en dos o más, de la zona o fuera, y al revés lo mismo. Tal heterogeneidad complica los balances comunes pero, a la vista de lo expresado ayer por practicantes de pie o presidentes, la jornada no fue mala, a pesar de la lluvia, que dificulta los rastros sobre todo para el conejo, que es la especie reina. En otros tiempos lo fue la liebre, o estuvo cerca, pero ahora es muy anecdótica. Aunque depende dónde. En Mazaricos, por ejemplo, abunda, y hasta allá se fue el coristanqués José María Álvarez, el presidente de la Federación Galega en la provincia (que tiene su sede en Carballo), y por lo que vio de sus compañeros no había queja. «Ata esta pouca auga que caeu é boa, e para empezar a xornada estivo moi ben», señala.

Cazadores en Cances
Cazadores en Cances BASILIO BELLO

Pero el rey de la caza menor en la zona es el conejo. Carlos Casas, del tecor Nordés de Baldaio, uno de los tres de la zona costera del municipio, cazó uno. Ese es el cupo que tienen, uno por día y cabeza, así que cuota completa. Y se vieron más por parte de sus compañeros de agrupación. En su caso sí lamenta la lluvia, más abundante que en otras zonas, y algunos aguardaban mayor suerte para la tarde. Pese a no ser día de caza mayor en su tecor (en otros, pocos, sí), se comenta la marcha de la temporada, y asegura que «hai pouco, menos que outros anos, e menos do que se di».

BASILIO BELLO

Más hacia el sur de Carballo, en Cances y Oza, donde rige el tecor de A Caniza, su presidente, José Manuel Fernández Zas, coincide (todos lo hacen), en que el agua no es buena cooperadora en los rastros, pero que incluso así «algún conexo si que caeu». No es jornada para echar cohetes, pero sí para pequeñas alegrías a los ojos del cazador veterano. En cuanto a la pluma, «ben», a secas. Eso también es normal en las primeras incursiones, porque los socios de este o de cualquier tecor saben bien dónde se han soltado o dónde crían perdices o faisanes. Y las nubes no espantan sus incursiones, incluso al contrario. El de A Caniza es de los pocos cotos que, en la misma jornada, compatibiliza mayor y menor, con ámbitos muy diferenciados.

Fernando Caamaño, de Razo, cazaba ayer junto a dos amigos en la zona de O Ceán, en Cerqueda, Malpica. Estaba contento, sin medias tintas: «A mañá foi moi ben», dice, con piezas de faisán y perdiz, que en la pluma es como el conejo en tierra (los años de la codorniz quedan lejos, y la becada o arcea tiene sus propios tiempos de paso), el objetivo principal. Además, a ellos les llovió muy poco, lo que facilitó los desplazamientos, aunque no es el agua algo que amedrente a los cazadores, como tampoco los madrugones.

En detalle  

Temporada. La caza menor, que comenzó ayer, durará hasta el 6 de enero. La mayor empieza antes (mediados de agosto) y termina después (finales de febrero). En los últimos tiempos casi parece que tiene mayor incidencia la mayor, por los daños y abundancia de los jabalíes, que la menor, aunque los practicantes veteranos son fieles al conejo y a las perdices. Con independencia de las fechas generales, algunas especies tiene sus propios períodos. La liebre, por ejemplo, otrora abundante y ahora escasa, tras los cambios de cultivos y de hábitat, solo puede cazarse hasta el 26 del mes que viene y en terrenos de régimen especial. El zorro ya empezó el 1 de septiembre y puede ir hasta el 11 de febrero. Jueves, sábados, domingos y festivos son los días marco, y cada tecor decide el régimen.  

Otras especies. No se cazan, claro, pero desde hace años se ven cada vez más aves rapaces, según señalan algunos cazadores. Uno incluso apuntó a que «hai tantas que parece que as ceiban». Los corzos, por su parte, van ganando terreno lentamente, sobre todo en Bergantiños.

.

Tres cazadoras en Zas, de 18 a 22 años, en la cuadrilla que abatió tres jabalíes   

Aún hay muy pocas cazadoras en la Costa da Morte, de las que se puede decir que se cuentan con los dedos de dos manos y sobran varios, pero son muchas más que hace apenas cinco años. En el tecor de Zas, por ejemplo, están la mayoría, porque hay tres. Si esto es significativo, mucho más lo es la edad, ya que están entre los 18 y los 22 años. Se trata de Saray Rama, la más veterana, que tiene 22 (empezó con 18), de Carreira, junto a sus compañeras Davinia, de Artón (Vilar), con 18, y que se inició hace ya dos, y Míriam, de 20, que acaba de comenzar, y que es de la vecina Santa Comba, pero caza en los terrenos de Zas.

Las tres forman parte de la cuadrilla Soneira, una de las tres que tiene el extenso tecor de Zas (más de 11.00 hectáreas), y practican tanto la caza mayor, cuya temporada abrió a mediados de agosto, como la menor, desde ayer. El sábado, el grupo del que forman parte (supera los veinte integrantes, con 18 perros en la jornada sabatina) abatió tres jabalíes, y todos formando parte de la misma manada, de unos nueve animales. Las capturas se produjeron en los montes de San Cremenzo de Pazos, en una zona situada entre la AC-552 y la autovía da Costa da Morte.

En lo que va de temporada cinegética ya se han cobrado once ejemplares, y las otras dos cuadrillas, otros dos más en total. El cupo de precintos es de 43, pero se podría pedir ampliación por daños, aunque no parece probable. Ayer domingo, las cazadoras ya se dedicaron a la caza menor. Al conejo, por las estribaciones del Pico de Meda.