La asociación cultural del Tibu entrega lo recaudado por sus miembros durante el año a la lucha contra el cáncer
14 feb 2015 . Actualizado a las 21:27 h.A algunos les costará acordarse por qué el pasado año miles de personas se arrojaban agua helada por encima. Sin embargo, esta semana ha tenido lugar un hecho que merece perdurar en el recuerdo. Los miembros de El Legado Del Tibu entregaron el fruto de su esfuerzo en forma de donación a la Asociación Española Contra el Cáncer.
Desde que en mayo de 2014 surgiera este fenómeno viral a escala mundial, en Xaviña (Camariñas) una serie de jóvenes trataron de aprovechar el tirón para promover una buena causa: la lucha contra el cáncer. No fue menos el propio «Tibu», Damián Pereira, que desde Suiza coordinó acciones para recaudar dinero y entregarlo a las oenegés.
«Cando vimos que a cousa estaba collendo bastante repercusión falamos entre os amigos e pensamos que había que facer algo para recuperar a idea de axudar á loita contra o cancro», decía el propio Damián Pereira en mayo sobre las intenciones que rodeaban este fenómeno.
El medio en el que buscar la atención fue, una vez más, las redes sociales. Venta de camisetas, merchandising y hasta un festival que se celebró el segundo sábado de julio.
En el resto de Galicia se empaparon, literalmente, de la idea y comenzaron a surgir iniciativas similares, como un macrolegado que realizaron en Covas (Viveiro) que consiguió reunir mil kilos de alimentos.
Las donaciones surgieron, pero no fueron tantas como se esperaban; pues faltó un reclamo de gran dimensión como los propios vídeos del legado. Una expectación que sí causaron Bill Gates, Cristiano Ronaldo, Charlie Sheen y muchas más celebridades que se empaparon como Damián y sus amigos lo habían hecho unos meses antes. El objetivo era el mismo, solo cambiaba el destinatario: los enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica, más conocida como ELA.
El Ice Bucket Challenge sí consiguió recaudar millones gracias a la movilización de los famosos. Eso no quita mérito a este grupo de jóvenes camariñáns que, con sus escasos recursos, derrocharon tiempo y dinero para alcanzar un objetivo que les honra. Más que por los vídeos y el agua, el Legado de Tibu debería recordarse por gestos como estos que transforman completamente un fenómeno viral en una lección de valores y solidaridad.
Desde América hasta Camariñas pasando por tierras suizas
Muchos pensarán que tirarse un cubo de agua o darse un chapuzón en la playa fue invención del propio Damián Pereira, algo que él mismo desmiente.
La moda que arrasó el pasado verano tiene su origen en la ciudad de Misuri (Estados Unidos), donde la gente comenzó a difundir los famosos vídeos para ayudar a una pareja cuyo hijo necesitaba someterse a un tratamiento contra el cáncer. La idea tuvo un alcance descomunal, consiguiendo recaudar 30.000 dólares en una semana.
Los vídeos cruzaron el atlántico y llegaron a la localidad de Winfelder (Suiza), donde la gente se sumó a la iniciativa con un fin más lúdico que solidario. Una de esas personas era un joven camariñán llamado Damián y conocido como Tibu por jugar siempre al fútbol con la camiseta de Puyol.
«Tedes que tirarvos antes de corenta e oito hora nunha auga, a que sexa, e se non o facedes moitas grazas pola cea que me ides a pagar». Estas fueron las palabras que Damián dijo en el vídeo original, donde nomina a sus amigos de Xaviña, dejando claras cuáles eran las reglas a seguir para superar este reto.
El resto ya es historia. Miles de personas subieron sus vídeos a las redes; muchos tratando de aportar su toque personal, ya fuese por el lugar elegido o por la vestimenta. No faltaron los actos temerarios que a punto estuvieron de enturbiar un auténtico fenómeno mundial. El legado movilizó a personas de todo el mundo, desde Misuri hasta Camariñas.