La empresa cuestiona las interpretaciones del comité sobre la situación y las leyes
29 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«No existe ni un solo argumento que permita avalar la tesis de que están en riesgo los empleos con la segregación», aseguró ayer en Santiago el director de recursos humanos de Ferroglobe, José María Marino, durante la presentación de las alegaciones remitidas a Augas de Galicia para, en contra de lo que dice el comité de empresa de Cee-Dumbría y las centrales hidroeléctricas, defender técnica y jurídicamente la separación de la generación de energía y la producción de ferroaleaciones. Un objetivo que tiene que pasar necesariamente por el beneplácito de la Xunta y del que depende, en buena medida, el futuro de la compañía, tanto para recortar deuda ahora como para implementar a lo largo de los próximos cinco años un ambicioso plan industrial que promete cientos de empleos en las factorías de la Costa da Morte y de Sabón, además de inversiones en otros puntos de España.
El escrito de 11 páginas firmado por Clara Inés Cerdán Molina, quien ayer estuvo acompañada por Merino y por el catedrático de Derecho Administrativo Luis Míguez, contiene ocho puntos fundamentales en los que rebate la gran mayoría de consideraciones emitidas por el comité, asesorado por el también profesor de Administrativo Carlos Aymerich.
La línea argumental central de la compañía va en el sentido de que las circunstancias que rigen y debe tener en cuenta la Xunta no son las 1992 ni las de acontecimientos posteriores, sino que están marcadas, sobre todo, por la reforma de la ley eléctrica del 2013 que, al excluir del régimen especial las centrales del Xallas, con la excepción de Fervenza y Novo Pindo, supuso que los precios de venta de años anteriores, «cercanos a los 100 euros/megavatio hora», se han visto reducidos a una media de 50.
«FerroAtlántica sostiene que el interés público de la protección del empleo y de la actividad industrial de ferroaleaciones en la Costa de la Muerte sigue vigente. Lo que también sostiene es que la manera de protegerlo ha cambiado en los últimos 25 años: cuando entonces se creyó que bastaba con la integración con el negocio hidroeléctrico, hoy sabemos que ese no es el camino a seguir. El camino es la inversión en tecnología, y la inversión en mayor capacidad productiva para ganar en las economías de escala que da el mayor tamaño. Y esa apuesta por la tecnología y el crecimiento no se puede abordar financieramente si no contamos con los recursos extraordinarios que solo resultarán de la venta de las centrales hidráulicas españolas», afirma la compañía en su escrito.