La oposición no ve que el alcalde haya hecho el trabajo necesario para poder abrirla
26 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La piscina de Cee, cerrada desde abril del año pasado, seguirá así y a saber hasta cuando porque el pliego de condiciones para volver a sacar el contrato de gestión interesada quedó sobre la mesa en el pleno del viernes por la noche. El alcalde, Ramón Vigo, quería aprobarlo con esas mejoras de años de explotación y subiendo de 50.000 a 80.000 euros la compensación a la empresa en caso de pérdidas, pero los grupos de la oposición, que lo criticaron por todos los frentes, no entienden que haya hecho el trabajo necesario para ello y, después de una hora de debate, se acogieron a la propuesta del edil de Ciudadanos, Plácido García. Esperarán a tener, como pidió la socialista Margarita Lamela, un informe que diga si la nueva adjudicataria debe pagar las deudas de la anterior empresa con los ocho trabajadores a los que está obliga a subrogar, algo que Lamela ve claro, el alcalde cree que no es así y la interventora tampoco aclaró.
La que más se extendió en sus explicaciones fue la concejala socialista, que se centró en tres puntos claves que, a su juicio, el gobierno no ha resuelto. El de los trabajadores, en el que le dijo al alcalde «usted cree que alguna empresa va a presentarse sin conocer cuánto tiene que abonar»; el de entregar las instalaciones en perfecto estado de uso, porque aunque hubo algún avance las obras siguen sin hacerse; y el presupuestario, porque «no tener partida es preocupante». De hecho llegó a cuestionar que realmente Vigo tenga intención de que con estas condiciones se presente alguna empresa. «Yo creo que a usted le da igual que se abra y esto no me parece más que un paripé para aparentar», le dijo.
En la misma línea, la portavoz del PP, Zaira Rodríguez, preguntó «¿Qué se hizo en este tiempo entre que el concurso quedó desierto y ahora?». Entiende en que tres de los puntos fundamentales, las deudas, las obras y la subrogación de los trabajadores siguen con las mismas lagunas que tenían. Además, si ya le parecía «un despropósito» pagar 50.000 euros por algo que antes le daba dinero, más le parecen ahora 80.000. En cualquier caso, entiende que el tiempo de las concesiones gratuitas pasó, pero lo que no puede ser es que no se sepa de dónde va a salir ese dinero, dentro de un presupuesto limitadísimo.
El alcalde le repitió a todos los mismos argumentos, centrados en la necesidad de aprobar el pliego para no retrasar todavía más la resolución, en que las empresas tienen todos los datos que necesitan para presentarse y en que las obras están encarriladas. La sustancial se pagará con los 40.000 euros que ya reservó y para lo que hay proyecto y los 91.000 de la Deputación se ejecutarán cuando lleguen en su gran mayoría en trabajos que no son esenciales para abrir.
Ya transcurrieron tres años desde los primeros síntomas y la corporación sigue bloqueada
El edil del BNG, Serxio Domínguez, recordó que ya plantearon los problemas de la piscina en noviembre del 2014 y que los distintos gobiernos «non fixeron nada para saber o que estaba pasando» dejando a la empresa que «fixese o que quixese». También incidió en los 16.000 euros gastados en informes «que se encargan para que nos dean a razón e despois non se lles fai caso» y en la imposibilidad de llevar un control real sobre la nueva empresa.
Plácido García, de Ciudadanos, destacó, para pedir que quedase sobre la mesa como así fue y no «tirarse á piscina», que nunca vio «a ninguén que se meta nún negocio sen saber o que ten que pagar». Por su parte, el edil no adscrito Modesto Rivas llamó a no seguir bloqueados ni mirar hacia el pasado, porque de hacerlo seguramente no se hubiese marchado el empresario anterior, «y si no digámoslo claro, como en Malpica, y cerremos las persianas».