La aprobación del pago de 57.484 euros dio lugar al pleno más duro del mandato
09 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los 57.484 euros que el Concello de Cee pagará por las deudas de la Xunqueira del 2015 y el 2016 dieron lugar en el consistorio el viernes por la noche al pleno más duro del mandato en el que el alcalde, Ramón Vigo, logró su objetivo de sacarse de encima este problema, pero quedó en el centro de todas las dianas, ya no solo por las fiestas, sino por el conjunto de su gestión.
Tiró las primeras flechas la socialista Margarita Lamela desgranando cifra por cifra las cuentas para poner en evidencia que no resisten un mínimo de rigor contable, que tienen el informe desfavorable de la interventora y dejar caer que, de no ser porque ni siquiera casan los números, daría la impresión que las últimas facturas se hicieron a medida para abonarle «una deuda que no se acredita» a la empresa Galicia Espectáculos.
La portavoz del PP, Zaira Rodríguez, mucho más breve, incidió en que la situación «non é normal», que todo lo generó el alcalde por no llevar el asunto al pleno en su día y remachar que «a xestión está á vista».
Los dardos más duros de todos fueron los del nacionalista Serxio Domínguez, que tachó a Vigo directamente como «o culpable», le acusó de «poñer unha familia enteira [la del presidente de la comisión] na picota, algo moito máis grave que a política», algo que consideró «dunha ruindade manifesta», antes de conminar a Vigo a que pagase la deuda de su bolsillo y dimitiese.
«Os que se portaron mal con Paco Brea van ser ao final os que se porten ben con Paco Brea», añadió Plácido García de Ciudadanos, para echarle en cara al alcalde que le había cargado el muerto a la oposición, «cando non se contou con nós para nada».
En medio de todos los disparos Vigo siguió con la más que difícil defensa de su discurso centrado en que todo el problema lo generó la empresa, en que hay que ayudar a la comisión porque hizo un trabajo para el pueblo y en que «as festas non se fixeron nunca, antes de Ramón Vigo, con Ramón Vigo e despois de Ramón Vigo, diferentes de como se fan as festas en toda Galicia polo menos».
«O que faltaba é que nos diga aos demais cando temos que debater»
Las interrupciones e interpelaciones de las concejalas del gobierno Pilar Iglesias y Camola Díaz, en ocasiones con cierta vehemencia, lo que incluso llevó al alcalde a pedirles silencio, soliviantaron tanto a la portavoz del PP, como a los ediles del PSOE y el BNG. «Un pouco de respecto», pidió la popular Zaira Rodríguez, mientras su compañera Mabel Fernández miraba estupefacta al regidor para exigirle control, «porque se saltamos, saltamos todos».
A la socialista Margarita Lamela le molestó especialmente que Iglesias la interrumpiese para decir que le daba «mucha pereza» su discurso, que calificó de «penoso» mientras la conminaba a «asumir su voto en contra». «Sé que no gusta escuchar las verdades, pero respecto», exigió Lamela, para quien la mejor prueba de la relevancia que tiene el asunto de la deuda de las fiestas es la actitud de las concejalas del gobierno, a las que, según dijo, no vio tan alteradas en todo el mandato.
Para el nacionalista Serxio Domínguez, además de los continuos gestos de Iglesias, a quien le dijo que lo podía solucionar poniéndose de espaldas, le indignó que le dijese que ese debate debían tenerlo en comisión y no en el espectáculo del pleno. «O que faltaba é que se nos diga aos demais cando temos que debater», sentenció Domínguez.
PSOE y BNG se hartan de las apostillas del edil Modesto Rivas
Que los ediles del PSOE, BNG y el no adscrito Modesto Rivas no se tragan es algo de dominio público en Cee, pero nunca quedó tan patente como en el pleno de este miércoles.
Rivas pidió la palabra el último, como hace habitualmente, casi siempre para respaldar la posición del gobierno y, de paso, dejarle alguna pulla a la concejala socialista y el edil del BNG, que esta vez no se mordieron la lengua, como acostumbran. El concejal no adscrito explicó que había vivido una situación similar en la comisión hace 45 años y afirmó que el problema radica en que «nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato» en la gestión de las fiestas. Pero criticó que la comisión correspondiente durase unos segundos porque el debate «se guardó para el espectáculo del pleno, que es en lo que estamos». Calificó de «coña marinera pedir un desglose de las facturas», como hizo Lamela, y le dijo al presidente de la comisión, presente en el pleno: «Amigo Paco chocaste contra el período de despellejamiento del alcalde».
«Eu despelexei ao alcalde o primeiro día e vouno facer ata o último, mentres que vostede non se sabe se é o cuarto concelleiro do goberno ou que», le espetó ya alterado Domínguez, mientras que Lamela le dijo si el al llevar el coche al taller pagaba sin saber que piezas le cambiaron o que trabajo le hicieron.