Falleció el sacerdote y profesor Lorenzo Castiñeira, clave en la historia de Lires
CEE
El entierro será hoy en Xaviña, con salido del tanatorio A Xunqueira de Cee a las 17.15 horas
28 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El sacerdote Lorenzo Castiñeira Canosa (Xaviña, Camariñas, 1933) falleció ayer en Lires (Cee), parroquia en la que residía junto a su hermano Manuel y demás familiares. El entierro será hoy en Xaviña, con salida del tanatorio A Xunqueira de Cee (grupo Bergantiños) a las 17.15 horas.
Lorenzo Castiñeira era toda una institución en Lires, Cee y, en general, en el resto de la comarca, y dejará una gran huella entre vecinos, feligreses y exalumnos: esto último, ya que fue profesor de instituto muchos años, docente de Lengua Española.
Castiñeira ofició su primera misa en 1959. A continuación fue coadjutor, durante tres años, en Arou, Camelle y Carantoña. Su siguiente destino, un 30 de diciembre de 1962, ya definitivo hasta su jubilación, fue Lires. Un centenar de vecinos lo acompañaron para decir a sus nuevos feligreses, pancarta en mano, que le entregaban lo mejor de A Ponte do Porto. Una pancarta que, por cierto, conservó mucho tiempo.
En Lires fue el artífice de muchos logros. Algunos anecdóticos, con los ojos de hoy, pero entonces no, como la llegada del primer televisor. Pero, sobre todo, por un gran número de obras que implicaron a los vecinos: de la traída de agua, a las carreteras, el puente, la parcelaria, las casas de labranza (germen del turismo rural) y tantas otras actuaciones.
También ejerció durante muchos años como profesor en institutos de Cee y Ribeira. Muchos exalumnos aprovecharon ayer las redes sociales para recordar su buen hacer académico, pero también humano.
Jubilado del sacerdocio activo en 1998, seguía ayudando a otros párrocos en toda la comarca, especialmente en el municipio de Camariñas, pero también en otros, alguno no precisamente cercano. También visitaba a los enfermos que se lo requerían en el hospital Virxe da Xunqueira de Cee. Varios miles, como reconoció en alguna entrevista, como miles eran sus anécdotas. Una de ellas es que fue el confesor de Man de Camelle.
También escribió un libro, Enseñar con parábolas, en cuyas páginas recogía su amplia experiencia pastoral.