Cee, primera gran ventana al mar en el Camiño, todo un cofre de experiencias

Patricia Blanco
P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

CEE

Ana Garcia

Suplemento YES | La localidad estará estos días de fiesta, y puede ser un buen momento para conocer a fondo el municipio

13 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un lugar especial, un lugar donde vivir experiencias únicas, donde sentir la naturaleza, un lugar donde escuchar el murmullo del agua, un lugar donde soñar, reír... Esto es el municipio coruñés de Cee y así, como «lugar increíble», lo definió su alcaldesa, Margarita Lamela, en la última edición de Fitur. Nada desencaminada debe ir esta idea si se tiene en cuenta que el portal ClubRural lo acaba de señalar como el séptimo destino de costa más buscado este verano en España por sus usuarios, después de Conil de la Frontera (Cádiz), Llanes (Asturias), Isla (Cantabria), Ribadesella (Asturias), Denia (Alicante) y Cudillero (Asturias). ¿Turismo activo? Efectivamente, el de las experiencias.

Cee ocupa un lugar fundamental en el Camiño de Fisterra y Muxía. No solo alienta los pasos hacia el finisterrae, sino que es en este municipio, y más concretamente en el Alto da Armada, donde los peregrinos que transitan la ruta francesa divisan por vez primera el mar. Cee es, por tanto, gran ventana al Atlántico, preludio de llegada. Faltan palabras para esa imagen, para esa emoción, como tampoco las tiene poder mojar los doloridos pies en las calmas aguas de la playa de Estorde. La cruza el Camiño, para el que también es simbólico el monte de San Pedro Mártir, donde hace apenas unas semanas acampaba la Ruta Quetzal. En Cee va asimismo enfilando remate el Camiño dos Faros, 200 kilómetros entre Malpica y Fisterra que, aun habiendo atravesado ya bellezas sin igual, tiene en este municipio una hermosa estampa, la cascada de A Meixoeira, en litoral de A Canosa.

BASILIO BELLO

BRAVA, SALVAJE, TRANQUILA

Surcadas por caminos que vale la pena transitar, las seis parroquias de Cee —A Ameixenda, A Pereiriña, Brens, Cee, Lires y Toba— tienen mucho que ofrecer. Más allá de la capital municipal, que es referente educativo, sanitario, cultural, deportivo, empresarial, gastronómico y comercial, sumándole un mercadillo pleno los domingos, en Cee la naturaleza rural es capaz de fusionar la costa brava y salvaje de Lires, vanguardia del turismo rural —impresionantes puestas de sol—, con la costa tranquila de A Ameixenda y sus playas de As Leiriñas y Gures, de pasado ballenero: arena blanca y paradisíacas aguas no lejos de la pintoresca Caneliñas.

BASILIO BELLO

Los petroglifos y mámoas de A Ameixenda, las vistas del Monte de Banle —habrá una ruta nocturna el 19 con Fumes do Cal—, los molinos de Toba y su entorno, el santuario Santa María da Xunqueira con su virgen ya coronada que honrarán este mes, el instituto y museo Fernando Blanco con visitas guiadas los viernes, el Castelo do Príncipe... Mil razones hacen de Cee un lugar estratégico para enzarzar naturaleza, patrimonio, historia y cielo, con puntos Starlight estratégicos, y tomarlo como base para descubrir el resto de la Costa da Morte. Incluso para septiembre y octubre las reservas rozan el lleno.