Sogama ampliará su actividad con la recuperación de la fracción textil en el período 2024-2030

M. R. Suárez CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

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La compañía presentó su nuevo plan estratégico y animó a los concellos a reducir residuos y a hacer una correcta recogida selectiva en origen para reducir los gastos de la factura en un 50 %

19 sep 2024 . Actualizado a las 14:23 h.

La Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama), con sede en Cerceda, ultima su nuevo plan estratégico para el período 2024-2030, un contenido que ya ha avanzado este miércoles su presidente, Javier Domínguez Lino. Entre las líneas principales está la transformación digital, la descarbonización, la economía circular y la gestión de nuevas fracciones de residuos. Respecto a esto último destaca la apuesta de la compañía pública por ampliar su actividad con la recuperación de la fracción textil.

La empresa que dirige Domínguez Lino quiere ganar en eficiencia y eficacia, objetivos por los que apostará por la inteligencia artificial y la robotización. También pretende la descarbonización de los procesos industriales, por ello sustituirá el uso de gas natural por un combustible renovable, potenciando al mismo tiempo el uso del ferrocarril para el transporte de residuos. Por último, fomentará la plena incorporación de la economía circular, pasando del tratamiento de residuos a la generación de recursos.

En pleno debate por la actualización del canon de Sogama para este año y el próximo, Domínguez expuso que las medidas adoptadas por el Estado implicaron agilizar el plan. En este sentido, además de recordar que el canon de la Sociedade Galega do Medio Ambiente continuará siendo el más barato de Galicia y uno de los más bajos de España, animó a los concellos a reducir la producción de residuos y a hacer una correcta recogida selectiva en origen para reducir los gastos de la factura en cerca de un 50 %.

En ese reto de autosuficiencia y ahorro de costes, una de las primeras acciones ha sido la colocación de 3.332 paneles fotovoltaicos en los tejados del almacén de combustibles derivados de los residuos no reciclables para apoyar el autoconsumo del complejo industrial cercedense.

Desequilibrio económico

Después de varios ejercicios consecutivos de estabilidad financiera, la empresa autonómica se encontró con unas pérdidas económicas de 18 millones de euros en el 2023 debido a las medidas estatales, incidió el presidente; un desequilibrio económico para la compañía situado a día de hoy en 33 millones, de ahí la necesidad de actualizar el canon, indican desde Sogama. En contra de «la penalización del Estado», Domínguez Lino puso de relieve la política del incentivo aplicada por la compañía desde el 2019 al 2023, a través de la cual se materializaron bonificaciones económicas a aquellos concellos que acreditaron su contribución al reciclaje, lo que se tradujo en un ahorro de «más de 20 millones de euros» para las arcas locales, apuntó. Al mismo tiempo, la compañía pudo realizar inversiones por «más de 100 millones», entre las que destaca la red de infraestructuras (17 instalaciones) para el compostaje de la materia orgánica.

Javier Domínguez también defendió el modelo Sogama, avalado desde sus inicios por la Unión Europea, con una firme contribución a la protección del medio ambiente y la salud, la generación de riqueza y la creación de empleo, con 1.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos.

Igualmente, destacó que el sistema mayoritario en Galicia cumple fielmente con la jerarquía comunitaria al priorizar la aplicación del principio de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje), que complementa con la recuperación energética de la parte no reciclable, relegando el vertido a último lugar por ser la opción más nociva desde todos los puntos de vista. En este sentido, indicó que los vertederos registran un 175% más de emisiones de CO2 que las plantas de valorización energética, «que son las instalaciones más vigiladas y sobre las que pesa una rigurosa legislación, mucho más exigente que la que rige para otras industrias». Señaló que en Europa hay más de 500 plantas de valorización energética en funcionamiento, situadas mayoritariamente en las propias ciudades para abastecer de calor y electricidad a las comunidades vecinales. «En España, el vertido supera el 50 % de media, encontrándose Galicia entre las comunidades que menos vierten», concluyó.