El cocinero lució en su restaurante, Terra Fisterra, la estrella Michelin por primera vez este año
26 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A Brais Pichel no se le va a olvidar fácilmente este 2024, porque ha lucido por primera vez en su restaurante Terra Fisterra la estrella Michelin y porque ha sido padre. De ahí que defina este año como «moi bonito, pero moi canso», tanto que en el poco tiempo que tiene libre solo piensa «en recuperar». La vida le ha cambiado por completo, pero su idea culinaria y el restaurante no tanto. Han incorporado un especialista en vinos «que estaba en Mallorca e é de Cee, aquí ao lado» y un cocinero. Pero como explica Pichel, en Fisterra, por su localización, no resulta fácil atraer talento y tampoco lo buscan. «Para ben ou para mal sabemos en qué xogamos, as nosas neveiras son limitadas, o espazo e limitado e buscas dar o mellor que poidas», cuenta el restaurador, que incluso en este mes de noviembre —tradicionalmente malo para la hostelería— logró ocupaciones por encima del 70-80 %. De hecho, los fines de semana resulta más que difícil encontrar una mesa en el Terra.
En cuanto a la propuesta gastronómica, el cocinero incide en que «foi un ano introspectivo». Evidentemente, al entrar en el universo Michelin siempre va ganando nuevas referencias de otros colegas y también de proveedores», pero han preferido centrarse en analizar su propio trabajo. De hecho, «fixemos o menú menos longo e máis ancho por así dicilo: menos pratos e máis cantidade», explica el hostelero que llegó a la conclusión de que «máis de dúas horas [comiendo] é demasiado, acabas perdendo a concentración». Con esto Pichel no se refiere tanto al equipo como al propio cliente, que acaba, dice, aburriéndose «con tanta parafernalia». Por eso estos días está inquieto, como todos, por ver si renueva o no la estrella, aunque tampoco es algo que le obsesione. De hecho, sus planes de futuro a medio plazo no pasan por las exigencias que tiene «manterse no circuito».