Fernando Bardanca: «No mar, cando ves algo raro tes que ir mirar porque sempre podes axudar»
MALPICA DE BERGANTIÑOS
Lobos de Mar | Empezó en la pesca con 15 años a pesar de no tener antecedentes familiares
06 ene 2024 . Actualizado a las 09:34 h.No había ningún motivo para que Fernando Bardanca Fernández (Montevideo, 1965) se dedicara al mar. Su padre nació en Xornes (Ponteceso) y su madre, en Rececinde (Coristanco). Llevaban años emigrados en Uruguay y volvieron cuando él tenía ya 12 años. En Malpica tenían parientes y le ofrecieron un empleo a su padre, por lo que la familia acabó instalándose en la localidad, aunque antes pasó por el purgatorio de vivir un tiempo en la aldea materna. Venía de una ciudad costera y vivir en un pequeño núcleo rural interior se le hizo cuesta arriba. «O mar sempre me gustou». Lo de Fernando Bardanca con Malpica debió ser un amor a primera vista. Tanto que al cabo de solo tres años de residir allí ya se dedicaba a la principal industria local, la pesca de cerco.
Empezó siendo marinero, pero en unos años se hizo patrón y, poco después, armador, pero solo de la cuarta parte de una tarrafa. Sin embargo, eso le dio para una entera de segunda mano. Hace once años pudo construirse el Adrina, que lleva ese nombre por sus hijos, Adrán y Natalia. Ahora, este cerquero anda navegando por Mauritania, después de vendérselo a una empresa y jubilarse. Casi al mismo tiempo que él se retiraron cinco de los nueve hombres que formaban su tripulación, alguno de los cuales llevaba treinta años navegando con él en distintas embarcaciones. La falta de relevo generacional y las limitadas cuotas terminaron de convencerle de pasar a ser pensionista. Asegura que muchos barcos ganaron el año pasado un 25 % menos que en el 2022. Los más grandes, que pueden ir a la anchoa, no han tenido tantas pérdidas.
También fue tripulante voluntario de la lancha de la Cruz Roja, pero sus principales peripecias las vivió desde sus propios barcos. «No mar, cando ves algo raro tes que ir mirar porque sempre podes axudar», explica. Eso pasó cuando navegaba cerca de la playa de Sabón en Arteixo. «Había temporal de vento e andaba o helicóptero buscando un surfista e nós fomos mirar tamén. Atopámolo ao mesmo tempo e baixou o rescatador, pero el ao ver que estabamos cerca veu cara nós porque non quería perder a táboa. Xa o pensei tamén eu e a nosa intención era recollerlla, pero tamén veu él con nós», explica. Desde entonces, reconoce, siempre ponía en la radio el canal de Salvamento. Otro día se encontró con el helicóptero por la zona de Os Baldaios y también se acercó a ver lo que ocurría. En este caso pudo rescatar un yate que iba a embarrancar.
Mercante
«Bótaslle a man a calquera», explica, pero reconocer que eso casi solo lo hacen los pesqueros, porque no hay dinero por medio. «Recordo que embarrancou un barco en Bens porque non se puxeron de acordo no prezo co do remolcador», señaló. Se trataba del mercante chipriota Mitera Sotiria, que en enero de 1988 llegó a la playa de Arteixo. Recuerda bien ese suceso porque durante las labores de rescate murió José Ramón Taracido, uno de los voluntarios de la Blanca Quiroga. En su recuerdo, la lancha malpicana recibió en nombre de Tara. Aunque estuvo bastante tiempo en la Cruz Roja, donde llegó a hacer el servicio social sustitutorio, no tuvo que participar en demasiadas acciones de rescate.
A pesar de su pasión por el mar, ni se le ha pasado por la cabeza comprarse una lancha y dedicarse a la pesca deportiva. Ahora se dedica a pasear y a viajar cuando puede a Las Palmas de Gran Canaria, donde su hija estudia Oceanografía. A ella le gustaba mucho ir en el barco y tuvo a su hijo como tripulante, pero debido a la situación del sector optó por dejar la pesca.
«Non subín ao barco alugado polo Concello e decidín que a santa non quedaría en terra»
Fernando Bardanca fue durante muchos años miembro de la cofradía y llegó a ser vicepatrón mayor. Ocupaba este cargo cuando ocurrió aquel accidente en Aguiño que puso en peligro todas las procesiones marítimas de Galicia. Tales eran las demandas de la Administración que ese año ningún barco de Malpica pudo cumplirlas. Además, había terror a que ocurriera algo y el armador acabara arruinado. En esas circunstancias el gobierno local tomó la iniciativa y Fernando Bardanca era el representante de la cofradía por la ausencia de Genaro Amigo, que estaba de viaje.
«Non subín ao barco alugado polo Concello e decidín que a santa non quedaría en terra», explica. Recuerda que hace años todos los cerqueros entraban en el sorteo para llevar la imagen en las Festas do Mar, pero después hubo una época en la que nadie quería hacerlo. «Eu dixen que se non se presentaba ninguén ía eu, pero que se alguén quería, eu lle deixaba», señala. O Escacho, una de las tarrafas que comandó encabezó varias veces la procesión, al igual que el Adrina. Recuerda especialmente el año del covid. El verano del 2021 Malpica estaba a tope de contagios, por lo que las celebraciones casi no existieron y se fueron retrasando. Ese año, la Virxe do Carme sí salió en procesión. «Foi no meu barco, coa miña muller e meus fillos», señala. También en esa ocasión dio un paso al frente.
Reconoce que en toda su vida como armador apenas ha tenido percances. Uno de los motivos puede haber sido la prudencia y que normalmente faenaban cerca de la costa, por lo que no recuerda ningún incidente por el que tuviera que encomendarse a la Virxe do Carme, aunque siempre estuvo pendiente de ella.