La pasión del abogado jubilado José Pérez por su aldea, en el municipio de Zas, ha permitido hallazgos históricos
13 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Cada año, la Fundación Brandomil, nacida en el 2018, ve las necesidades económicas que tiene y sus dos fundadores ponen dinero para afrontar nuevos proyectos. Uno de ellos es José Pérez Santos, exitoso abogado jubilado, con vida en Madrid y el corazón en la pequeña aldea zasense. Su dedicación, en todos los sentidos, ha permitido que la antigua villa romana vaya poco a poco saliendo a la luz.
Lo que a simple vista podría parecer un quehacer tranquilo y relajado se ha revelado como una labor que ha puesto a José Pérez en el punto de mira de vecinos y colindantes, puesto que los éxitos de este son entendidos en detrimento de otros. La grandeza de Brandomil, que bien vale una Fundación, es vista por algunos como una amenaza para intereses ligados a las rutas jacobeas.
José Pérez Santos no se ha limitado a pagar excavaciones y estudios con georradares para encontrar caminos romanos, sino que ha elaborado junto con estudiosos del tema teorías sobre la importancia de este punto en el itinerario desde Santiago hasta Fisterra.
La Fundación que él creó, explica, tiene tres finalidades y ninguna de ellas está exenta de alguna polémica. La primera es sacar a la luz restos de la época romana y hacerlos visitables, lo que incluye reclamar piezas que están en Santiago. La segunda es «recuperar, poner en valor y difundir a tope el Camino Xacobeo que comunicaba Santiago con la Costa», lo que supone competir con la otra ruta, que pasa por Dumbría. «No queremos que deje de existir, pero es de justicia que la nuestra está ahí y tiene su propio lugar en la historia», dice. La tercera vía es, de momento, la menos difundida. José Pérez sostiene que «con independencia de las creencias religiosas, la cristianización de Galicia se hizo a través de las vías romanas, según López Ferreiro». Es por eso, que reivindica para Brandomil al pasar por ahí la vía que unía A Coruña con Braga, en Portugal, y para probarlo, dice, está el lugar que se conoce como Pedra da Altar, que sería el lugar «de la iglesia primitiva en la primera época de la cristianización». En todo estos temas quiere seguir profundizando Pérez Santos con su dinero, y el del otro fundador, y con la ayuda de estudiosos locales y con la dedicación desinteresadas de otros miembros de la Fundación.
Este hijo del dueño de la taberna que se fue de Brandomil a estudiar con solo 10 años, apoyado por el maestro y el cura, y que abrió paso a lo mismo a sus otros tres hermanos, todos becados gracias a su talento y su dedicación. De Santiago se fue a Madrid y en Madrid sigue, pero hace unos años se reconcilió con Brandomil, donde se hizo una casa.
«Yo creo que desde los 18 años, queriendo como quería a Brandomil le tenía rabia porque suponía el sudor de mis padres, que atendían un pequeño negocio. Era el sustento de mi familia, pero también suponía su destrozo físico», explica. Con el tiempo esa situación se fue moderando y acabaron viviendo bastante bien en la época de la jubilación. Fue quizá eso lo que empezó a cambiar las cosas para el insigne abogado, de grandísimos éxitos profesionales.
La defensa de ese origen hizo que comprara un terreno junto a la casa de sus padres, «por un precio abusivo», y que empezara a interesarse más intensamente por su aldea. No cesaron ahí las compras. La Fundación es la propietaria de varias fincas en esa Pedra do Altar. En esos terrenos se han realizado excavaciones, que continuarán, así como estudio con georradar para dar continuidad al descubrimiento de la calzada.
Terrenos
Conseguir esos terrenos «fue difícil» porque en cuanto compró para la casa, los precios comenzaron a subir. No fue eso lo peor. Ahora se ha multiplicado el interés por las fincas en Brandomil y se han encontrado con que sus posesiones están prácticamente cercadas. «Me han bloqueado la expansión», explica.
Todos esos movimientos de abogado de Madrid han provocado no pocas desconfianzas por parte de un buen número de vecinos. Se ha corrido por el lugar que la Fundación adquirió los solares para la construcción de bungalós para peregrinos, lo que estaría relacionado con la promoción de la ruta y, por tanto, algún que otro enfado de los que han hecho negocios o quieren hacerlo, al abrigo del itinerario que se señaló como oficial, pero que José Pérez cree que solo se consideró así porque se presentó primero y obtuvo un decidido apoyo institucional.
Por si eso fuera poco, otro rumor, más bien maledicencia, intenta socavar la figura de José Pérez y sus intenciones. Han hecho correr por ahí el bulo de que las excavaciones continuarán sí, pero que podrían llevar aparejadas expropiaciones, algo completamente no solo falso sino inimaginable para cualquiera que conozca algo de cómo funciona la gestión del Patrimonio en Galicia.
A pesar de todo, José Pérez mantendrá la Fundación y cuenta con volver a Brandomil el próximo mes. Reconoce que su formación como abogado le ha ayudado a llevar adelante sus proyectos y que eligió esa fórmula para crear una entidad porque ya tenía conocimientos al haber sido vicepresidente de la prestigiosa Fundación Profesor Uría, que preside Javier Solana, y por sus contactos de años con organizaciones similares.