El capitán del Lugo, Manu, volvió a ser protagonista anteayer, en la victoria con la que el equipo daba un paso de gigante hacia la consecución de la meta de la permanencia. El lateral zurdo sirvió en bandeja el 1-0 a la cabeza de Airam Cabrera. No es la primera vez que lo hace, una prueba más de la versatilidad que ha incrementado en los seis años que lleva en el club, en los que jugador y entidad han crecido al unísono.
Manu llegó al Lugo procedente de un Ourense que no atravesaba su mejor época. Aterrizó en un equipo rojiblanco que se asentaba en la Segunda B, con Fonsi Valverde como entrenador, y que soñaba con tocar la fase de ascenso a la división de plata. La disputaría hace dos temporadas, ya convertido en capitán, y la ganaría el año pasado, como auténtico héroe de una afición que, ante el Xerez, le cantaba: «¡Manu quédate!».
Él no quiso pronunciarse de forma tajante sobre una renovación que se da por hecha. Eso sí, reconoció que ya había comentado el asunto con el director deportivo, Carlos Mouriz: «Estoy muy contento aquí. Llevo seis años, y hemos estado hablando. Dónde mejor voy a estar que aquí; aunque hasta el final del curso no se verá nada».
Hombre récord
Mientras, él sigue con un récord tras otro, 32 jornadas en las que ha disputado todos los minutos. Y no encuentra techo, como un grupo que, sin nada que perder, tiene a tiro de cinco puntos la promoción de ascenso. Equipo y capitán se muestran cada vez más seguros de sí mismos: «En lo individual, no me puedo quejar. Está siendo un buen año, y cuento con la confianza de todos. Si cada uno aporta, repercute en el grupo, y es lo que está sucediendo». Aunque ellos solo piensan «en conseguir los 50 puntos», y después: «A disfrutar, como intentaremos en Elche».