Luis Enrique se estrena en Primera División con la tarea de la consolidación como objetivo
19 ago 2013 . Actualizado a las 14:34 h.El Celta de Luis Enrique salta a escena. Para cerrar la primera jornada de la temporada del noventa aniversario celeste, pero sobre todo para vivir su primera reválida después de un verano que ha sembrado dudas. El examinador será el mismo que el año pasado asistió al milagro de Balaídos, un Espanyol marcado por la continuidad y por el gen de Aguirre.
La ópera prima liguera presentará a un Celta reconocible y cambiado a partes iguales. Medio equipo vivió el éxtasis de la salvación hace menos de tres meses, pero los cuatro fichajes realizados hasta el momento se perfilan como titulares. Fontás como jefe de la defensa, Rafinha como un comodín sobrado de calidad y Charles y Nolito con la consigna de hacer olvidar a Iago Aspas.
En el cupo de novatos también podría tener un lugar Yoel, que con su año de cesión en el Lugo todavía no ha debutado en Primera División, pero la titularidad de la portería parece el secreto mejor guardado en los intramuros celestes. Por lo visto en la pretemporada jugará Yoel, pero Sergio ha respondido y hasta Rubén, que jugó el partidillo del jueves ante el filial, pudiera tener su chance.
El cambio más profundo estriba en el banquillo. Abel Resino se llevó la gloria de una salvación agónica, pero una semana después de la fiesta céltica recibió el finiquito. Su sitio fue ocupado casi al instante por un Luis Enrique sobre el que pivota todo el proyecto. Ha llegado como un técnico con mando el plaza, con un extenso grupo de colaboradores y con una metodología diferente que al equipo le está costando asimilar.
Después de muchas probaturas (en pocos partidos amistosos), el gijonés parece haber encontrado el camino. Los célticos se han adaptado al 4-3-3 como sistema táctico y han ido asimilando una máxima que roza lo imposible: defender con todo para atacar con todo. Como consecuencia, el equipo se ha mostrado solvente atrás (tres goles encajados) pero al mismo tiempo ha sufrido en exceso con el balón parado, una de las rémoras del pasado. A cambio, casi no ha visto puerta y además sus ocasiones han ido menguando a medida que caía el verano.
El hombro del capitán
En el capítulo de dudas, el único jugador que no estará al 100 % es Borja Oubiña. Por el momento no remiten las molestias en el hombro del capitán, pero si al final se opta por su participación jugaría infiltrado. Es el único futbolista específico que tienen los celestes para cerrar el trivote.
La segunda duda que presenta el partido apunta a la posición de Rafinha y Augusto. El hispanobrasileño se siente centrocampista y el argentino siempre ha vivido como interior, pero durante la pretemporada el internacional con la albiceleste ha jugado muchas más veces por dentro que pegado a la línea de cal.
La contienda también puede ser el estreno de Toni Rodríguez como titular y, además, lateral. Lo poco que jugó la temporada pasada el coruñés fue saliendo desde el banquillo y siempre en una posición de vanguardia. Él tendrá hoy un examen de órdago frente a un rival como el Espanyol que monta bien las contras a raíz del fallo del rival y que imprime velocidad a todas sus acciones de ataque.
Los pericos llegan con la única ausencia de Wakaso y con pedigrí de clase media.