El Lugo se llevó demasiado castigo del Castilla en un partido en el que mereció más
07 oct 2013 . Actualizado a las 18:24 h.Sigue en pie la maldición de Valdebebas para el Lugo de Quique Setién, que aún no ganó allí. Llegaba al campo del Castilla subido en su nube de buen juego y resultados. Mantuvo lo primero, pero no fue suficiente para impedir que los locales estrenasen a su costa el casillero de victorias. Mereció más la escuadra rojiblanca, que pagó la necesidad local y se quedó sin marcar fuera, lo que no le había pasado aún.
Resulta complicado poner algún pero a las intenciones del Lugo. Los rojiblancos salieron a tejer su fútbol práctico, casi siempre al primer toque, tirando paredes una y otra vez. A mandar, en definitiva. Pero se enfrentaron a un Castilla vertiginoso, que si temblaba atrás, no lo hacía arriba. Con la necesidad de ganar y mostrando la calidad que atesoran sus jugadores, y de la que advertía Setién durante la semana. Y encima, los locales encontraron una inestimable colaboración en un colegiado, cuanto menos, riguroso a la hora de juzgar las acciones contra los lucenses.
Encuentro entretenido
Fue, los 90 minutos, un encuentro entretenido para cualquier espectador, con dos equipos volcados al ataque. Más rupturista el blanco, que presionaba arriba para robar y lanzar contraataques cortos aprovechando la brutal aceleración de sus hombres de banda. Algo que notó sobre todo un Víctor Díaz que sufría para contener por su lado.
El Lugo se topó con el problema de un tempranero gol en contra, que condicionó su planteamiento. Lo de madurar el partido hasta encontrar su momento se esfumaba con el tanto de Jaime Romero. Este aprovechó su reprís para dejar atrás a todos los zagueros y batir sin remisión a Dani Mallo.
A pesar de todo, no se descompuso el Lugo. Si Pita y Seoane encontraban en principio dificultades para oxigenar por el centro (en la segunda parte dominarían su parcela, en dura pugna con el seis blanco, José Rodríguez), Iván Pérez, Peña, que tuvo las mejores ocasiones para igualar, o Manu, se convirtieron en creadores para un Rennella para quien siempre había vigilancia local. Lo que no le impidió tener ocasiones. En una acabó caído en el área.
Pero si ahí no se pitó penalti, el árbitro sí lo haría en el 35 en una discutible acción de Iván Pérez, en la que el delantero del Madrid hace todo por tirarse. Mascarell no perdonaría el 2-0 con el que se llegó al descanso.
Dominio a remolque
A remolque, el Lugo fue a por todas en la segunda parte. Se adueñó del balón, y arrinconó en su campo a un Castilla que pudo hacer trizas a los rojiblancos al contragolpe. La suerte acompañó en ese aspecto a los lucenses, que no la encontraron arriba.
Pita tomó el timón, se asoció con un Iván Pérez que asombró por su movilidad, y el cuero rondaba el área local. Setién tardó en hacer cambios, y solo sacó a Peña para meter a Sandaza.
Rennella ya no estuvo tan solo, y a los blancos les costaba contener. Sandaza entró en el área y tuvo la mejor ocasión. También Iván Pérez rozó el gol de falta directa, pero el Castilla logró aguantar su ventaja.
Pacheco, Casado, Pulido, Cabrera, Llorente, Jaime Romero (Rozzi, min 72), Benavente (Borja García, min 65), Lucas, Omar, José Rodríguez y Burgui (Cristian Gómez, min 78)
Goles: 1-0, min 8: Jaime Romero. 2-0, min 35: Mascarell (p.).
Árbitro Valdés Aller, de Castilla y León. Amarillas a Llorente y José Rodríguez, por el Castilla; y a Álvaro Peña, por el Lugo.
Incidencias: Unos 4.000 espectadores en el estadio Alfredo Di Stéfano, con presencia lucense.
Dani Mallo, Víctor Díaz, Manu, Pavón, Víctor Marco, Pita, Seoane, Iván Pérez, Pablo Sánchez, Álvaro Peña (Fran Sandaza, min 69) y Rennella