Las anécdotas más «heavies»

Rubén Ventureira A CORUÑA

A CORUÑA

Destrozos de mobiliario y un falso incendio «amenizaron» varios conciertos de rock duro celebrados en la ciudad

04 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Iron Maiden, palabras mayores. La banda británica actuará el próximo mayo en el Coliseo. Rock duro, un estilo cuya sola mención trae recuerdos, simpáticos y no tanto, a los coruñeses. También es cierto que, aunque ha habido trifulcas, A Coruña nunca ha tenido que llorar un drama. Empecemos por 1981. O quizá era el mundialista 1982. Nadie en el Ayuntamiento, que organizó aquel tinglado, lo sabe precisar. El caso es que Barón Rojo -¿recuerdan?: Casi me mato, baby - toca en el Pabellón de los Deportes. Lleno a reventar, más de 5.000 personas sudando la camiseta (negra, claro). Melenas al viento. Prejuicios fuera: el público se está portando. Todo marcha sobre ruedas hasta que empieza a salir humo del escenario. Lo nunca visto por estos lares. Se trata de un truco escénico, el que los especialistas conocen como efecto hielo seco.Un policía nacional que tiene un ojo en el público y otro en los Barón Rojo enciende la alerta roja. «Fuego, fuego», grita el agente del desorden. El pánico no prende, afortunadamente. Pocos se dan cuenta de que un tipo uniformado, armado con un extintor, camina raudo hacia el escenario. Al improvisado bombero le tienen que frenar de mala manera. El mánager de Barón Rojo le agarra por la chaqueta: «Tranquilo, hombre, que es humo de mentira, una cosa moderna», le viene a decir. Tarda en extinguirse su incendio interior, su irrisoria actitud. «Bueno, sigan adelante, pero bajo su responsabilidad», acuerda con el mánager. Y el espectáculo continúa. Váteres rotos Cambiemos de década. Son los 90. El hielo seco es historia. Ahora hay cañones de humo y a nadie le llaman la atención. Estamos en 1994 y el Coliseo organiza un macroconcierto con Extremoduro, Ratos do Porao y Soziedad Alkohólica, entre otras bandas de rock duro. Llueven las sillas, arrancadas de cuajo. En las últimas filas de las gradas hay un ajetreo sexual que asombraría hasta a un actor porno. Lo más grave ocurre en los servicios. Quedan destrozados, los de ellas y los de ellos. Desde aquella jornada, hay vigilancia permanente en las puertas de los váteres. Durante un corto período, el Coliseo dejó de organizar conciertos heavies . Después ha vuelto a programarlos, y la nómina de incidentes no ha crecido. La misma decisión, vetar el rock duro, la tomó el Playa Club en 2001 a raíz de un concierto de Soziedad Alkohólica. Lanzamiento de botellas Ocurrió el 19 de enero de aquel año. Setecientas personas acudieron a la cita y sólo un puñado se portaron mal. Según denunció en su momento la discoteca, un joven empezó a lanzar botellas contra las cristaleras de la discoteca y llegó a herir a un empleado del local. Al parecer, la larga cola que tuvo que soportar fue la causa de su enfado. Eso fue antes de la actuación. Después, varios asistentes escupieron a la joven que atiende el ropero. El veto duró unos meses. El Playa ha organizado tranquilos conciertos de rock duro a posteriori. Y es que las cosas no son lo que parecen. El tópico persigue al heavy , como lo demuestra el operativo que se montó en un Coruña pop-rock de los años noventa protagonizado por Los Suaves. Por primera vez, Protección Civil montó una carpa para atención exclusiva de los borrachos. Apenas recibió visitas.