Un proyecto enterrado por el pasado

A CORUÑA

Problemas con las expropiaciones y la falta de financiación han relegado al baúl de los recuerdos el plan para construir la Casa de la Historia en el castro de Elviña

26 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Aún no se había hecho el tránsito de la peseta al euro cuando se planteó en A Coruña la creación de un gran parque arqueológico en Elviña que permitiese desenterrar y limpiar de maleza el yacimiento castreño más importante de la ciudad. El primer convenio con la Xunta para recuperar el entorno, que llevaba más de 15 años totalmente abandonado, se firmó en el año 2000. El entonces alcalde, Francisco Vázquez, proyectaba en ese parque un museo que permitiera exponer al visitante la historia más remota de la ciudad con la tecnología más moderna. Al edificio lo bautizó como Casa de los Antepasados, aunque posteriormente cambió de nombre y adoptó el de Casa de la Historia o Artabria.

Aunque el actual gobierno municipal mantiene este proyecto en su programa, lo cierto es que los avances son muy pocos y muy lentos. La concejala de Cultura, la nacionalista María Xosé Bravo, reconoce que el proyecto es demasiado caro (38 millones de euros, al margen de las expropiaciones) y no es fácil encontrar financiación. La edila asegura que el Ayuntamiento mantenía conversaciones con la Xunta para obtener, junto con el Estado, la financiación necesaria para impulsar el proyecto. Ahora, según explica, con el cambio en el Gobierno autonómico habrá que iniciar nuevos contactos. «A realidade é que o proxecto está parado á espera de financiación», indican desde la Concejalía de Cultura.

La construcción de la Casa de la Historia se mantiene paralizada no solo por la falta de financiación. La expropiación de los terrenos también ha dado problemas y, en ocasiones, conflictos abiertos con los vecinos y propietarios. Se trata de un proceso administrativo lento que, a día de hoy, solo ha puesto a disposición del Ayuntamiento unas 30 hectáreas de terreno.

Para la elaboración del proyecto de la Casa de la Historia, el Ayuntamiento coruñés convocó en el año 2003 un concurso internacional que ganó el arquitecto ourensano Manuel Gallego Jorreto. La ejecución del nuevo museo estaba presupuestada en 14,5 millones de euros y, según las optimistas previsiones de entonces, debería estar concluido a principios del 2007. Después, esa fecha se fue retrasando a principios del 2008 e, incluso, se estiró hasta el 2009 por posibles dificultades con las líneas de alta tensión de Unión Fenosa que pasan por la zona y que costaría millones de euros eliminar.

El proyecto preveía un parque arqueológico de 664.090 metros cuadrados de extensión con un edificio (la Casa de la Historia) que acogiera a los visitantes y los condujera por la historia de la ciudad. Gallego Jorreto planteaba en 2004 un edificio semienterrado, pensado en hormigón, piedra y vidrio, que se confundiera con la hierba y cuya cubierta ejerciera de plaza con privilegiadas vistas. Tres lucernarios en forma de prisma de siete metros de altura serían los hitos. Desde ellos se proyectaría información en imágenes y, de noche, luz. En definitiva, se ideó como un «gran teatro-sótano» de recreación virtual de la historia.

Se proponía delimitar de forma natural todo el área cargada de historia y simbolismo que, en cierto modo, encerrara y protegiera las ruinas a cielo abierto. Su propuesta se basaba en el diálogo con el pasado, ya que pretendía crear una fraga autóctona recuperando senderos y caminos medievales y cultivos tradicionales. Además, incluía la posibilidad de crear un paseo a cubierto en torno al castro, en el que confluirían y llegarían todos los caminos y visiones.

En busca de financiación

En el afán por conseguir financiación para este proyecto, el anterior gobierno municipal, liderado por Francisco Vázquez, había planteado la posibilidad de contar con el 1% cultural que deberían aportar las empresas constructoras del puerto exterior. Sin embargo, cuando Vázquez le propuso la idea a la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, ésta se mostró tajante en su negativa. Calvo aseguró que desde su departamento no podía financiar este museo, ni ningún otro, puesto que ello crearía un precedente para cientos de ayuntamientos españoles que plantearían peticiones similares.

De todas formas, la ministra reconocería que la cofinanciación del castro era una asignatura pendiente y una deuda con la ciudad, puesto que desde que en el mes de julio de 1962 el castro de Elviña fue declarado monumento artístico por parte del Gobierno central, prácticamente no se habían concedido ayudas para los trabajos arqueológicos y la conservación del castro.

Finalmente, el Gobierno central se comprometió en enero del 2006 a financiar en parte el proyecto Artabria. La factura total del proyecto ?a parte de las expropiaciones necesarias? era de 38 millones de euros, de los que Madrid podría aportar 13. Ese dinero lo sufragarían los ministerios de Cultura, que ayudaría a excavar e investigar el castro; Medio Ambiente, que contribuiría en la transformación de la zona verde; y el de Fomento, que inyectaría dinero en la construcción del edificio.

El paso más firme para cumplir esa promesa se dio el 22 de julio del 2008. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y el alcalde de A Coruña, Javier Losada, firmaron en Madrid un convenio de colaboración para la financiación de las obras de actuación arqueológica en el yacimiento del castro de Elviña. El acuerdo supuso la inversión de 2.267.484 euros, de los que Fomento aportará un 75% (1.700.613 euros) y el Ayuntamiento un 25% (566.871 euros). La inversión total se distribuirá en cuatro anualidades hasta la finalización del proyecto, prevista para el 2011.