Carlos Negreira recibió el bastón de mando de la ciudad de manos de uno de los fichajes estelares de su candidatura, la galerista Ana Vilaseco. Lo hizo sin su inseparable móvil, en el que se acumulaban llamadas y mensajes al término de la sesión de investidura y el rosario de felicitaciones, alrededor de las tres y media de la tarde. Entre las felicitaciones recibidas, una de las más esperadas fue la de Francisco Vázquez, que siguió la ceremonia junto a José Luis Méndez López, Fernando González Laxe, José María Barja y los ex alcaldes Joaquín López Menéndez, José Manuel Liaño Flores, Berta Tapia y Jaime Hervada. «Paco me dijo muchas cosas bonitas, pero me quedo con su mensaje de aliento. Me deseó suerte en la nueva gestión que ahora comienzo».
-¿Recibió ya la felicitación de Javier Losada?
-No, por el momento no. No sé si me habrá llamado durante el tiempo de la investidura, pero no me consta.
-¿Le ha hecho especial ilusión ver a alguien en la sesión de investidura?
-A mucha gente. Pero sobre todo a Alberto Núñez Feijoo, no solo por ser el presidente de la Xunta, que es un hecho relevante, sino por todo lo que hemos vivido juntos desde hace más de treinta años, no solo en La Coruña, sino en Madrid y en muchos otros sitios donde hemos soñado con una ciudad mejor.
-En algunos momentos del discurso se le vio emocionado.
-Porque son cosas que escribí yo mismo y que salen del corazón. Y también porque vi entre el público a mi hija Alba, que es muy especial para mí.