Piden un paso elevado en el lugar donde murió atropellada una mujer
14 oct 2011 . Actualizado a las 12:17 h.«Por aquí circulan diariamente unha media de 5.200 coches. Moi poucos respectan o límite de velocidade de 70 quilómetros por hora, e nós, os veciños, non temos por onde cruzar con seguridade». Enrique González reivindica mejoras en la seguridad vial en la AC-523, la vía rápida que comunica Ledoño (Culleredo) con Cerceda. Y lo hace con mucha entereza, ya que hace tan solo dos semanas su mujer falleció atropellada por un vehículo cuando intentaba cruzar esta carretera.
Él convocó ayer a sus vecinos para exigir, justo en la rotonda donde ocurrió el accidente, la construcción de un paso elevado o subterráneo que garantice la seguridad de los peatones. Asegura que no tiene mucho «ánimo» para estas batallas y que, por mucho que ahora haga, la desgracia ocurrida el pasado día 29 «xa non ten remedio». Pero está decidido «a que non volva ocorrer».
Sin focos, sin pasos de cebra
Enrique tiene el apoyo de todos sus vecinos que se han decidido a iniciar una recogida de firmas porque, quien más quien menos, ha tenido que cruzar la carretera a pie. Como Manuela Rodríguez Lorenzo, a quien no se le ocurre salir de casa sin el chaleco reflectante: «Paso por esta estrada case todos os días, e con moito medo porque non hai sitio por onde cruzar e os coches pasan moi rápido». Apoyándose en un bastón, mira para un lado de la carretera y mira para otro: «¿Onde está o paso subterráneo? Nin hai pasos (de cebra) nin hai nada. E o camiño que hai ao lado da estrada está cheo de pedras».
Francisco, otro de los vecinos que ayer se concentraron junto a la rotonda de Rumbo, explica que son muchos los que llegan caminando desde Boedo, Celas, Peiro, Bregua... para ir a la iglesia de Veiga. «E non temos máis remedio que cruzar a AC-523 se queremos chegar á misa».
Los problemas no acaban ahí, ya que, según denuncian, no existe ni un solo punto de luz en el tramo de la carretera que cruza Ledoño. Solo hay unos focos para iluminar una de las rotondas, «e para iso nin sequera funcionan». También destacan que hay vecinos con discapacidad y que tienen que moverse en sillas de ruedas por los arcenes. «¿E como cres que cruzan a estrada os tractores? Non teñen a capacidade de manobra dun turismo e ás veces esperan 15 minutos para poder pasar», explica Francisco.
Los vecinos piden al alcalde de Culleredo, Julio Sacristán, que concierte una cita con los responsables de la Xunta (es la que tiene las competencias en la carretera) para que puedan plantearles sus reivindicaciones. Mientras tanto, según dicen, seguirán escuchando «continuos frenazos» en esta vía.