El mural de Lugrís pintado en el antiguo Vecchio se queda a oscuras

Diana mata, f.e. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El mural de Lugrís fue reivindicado por numerosos colectivos y por el exministro César Antonio Molina.
El mural de Lugrís fue reivindicado por numerosos colectivos y por el exministro César Antonio Molina. PACO RODRÍGUEZ< / span>

El Pepri protege la pintura, que no podrá ser alterada por los propietarios

31 jul 2015 . Actualizado a las 07:50 h.

El Vecchio, la clásica cafetería de la calle Real, echó el cierre hace unos días para reabrir sus puertas en el local del antiguo Kirs. Resuelta la duda del nuevo emplazamiento, todavía queda en el aire la intriga de qué va a pasar con el mural de Lugrís pintado sobre la pared del bajo que ahora permanece cerrado.

Desde hace años, se especula con el cierre de esta cafetería, y por tanto, con el futuro y la situación de esta pintura. La asociación cultural O Mural emprendió, en el año 2013, una iniciativa en la que se solicitó que esta obra pase a ser parte de los Bienes de Interés Cultural (BIC). Esta petición fue admitida a trámite por la Xunta, pero todavía no se ha acometido ninguna acción de protección, pese a reconocer que cumple con los requisitos necesarios para formar parte de esta lista.

Tras observar la pasividad de la Xunta, la asociación cultural decidió interponer una demanda en el juzgado del contencioso administrativo para acelerar el proceso y, además, recordar al Gobierno la necesidad de proteger esta obra de arte que, hasta este momento, se exhibía sin ningún tipo de protección en la pared de la conocida cafetería, lo que suponía un riesgo para la conservación del fresco. La jefatura autonómica todavía no se ha pronunciado al respecto de esta inclusión del mural como un Bien de Interés Cultural.

Sin embargo, el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) sí que establece una protección para el mural que pintó el coruñés a cambio de café, según cuenta la leyenda, el siglo pasado. Gracias a esta regulación municipal, el propietario del local donde se ubica el fresco no tiene ningún derecho sobre el mismo, es decir, no puede emprender ninguna acción que lo dañe o modifique.

Durante muchos años, esta obra de arte estuvo al alcance de todo aquel que decidía tomarse un café en el mítico local de la calle Real. Tras la bajada de persianas de esta cafetería, la incógnita sobre el icónico mural está en el aire y, por el momento, permanece a oscuras.