
Tras 29 meses con las obras paralizadas los trabajos podrán continuar en el Parrote
06 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Las obras de reforma de La Solana podrán continuar dos años y medio después de su paralización. En febrero de este año Patrimonio de la Xunta -organismo con competencias en este tipo de actuaciones- dio el visto bueno al proyecto reformado y ese mismo mes se lo remitió al Ayuntamiento. Cuatro meses más tarde el consistorio dio luz verde a la propuesta y, si nada falla por el camino, el conocido complejo deportivo podrá continuar con su remodelación. Más allá de los cambios en materiales y ajustes del proyecto, el caso de La Solana ilustra un problema demasiado habitual en la tramitación de expedientes por parte de las Administraciones. El expediente lleva 12 años pasando de ventanilla en ventanilla.
2006
Primer intento. En abril de ese año la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural dio el visto bueno al estudio de detalle para la remodelación del área deportiva, poniendo condiciones vinculadas al enclave, al lado de la muralla.
2009
Solicitud de licencia. La empresa que gestiona La Solana, Metropolitan, presentó en septiembre una solicitud de licencia para realizar los trabajos y actualizar la instalaciones. El problema, entonces, fue que desde enero las licencias en zona Pepri estaban suspendidas precisamente por la tramitación del plan especial de la Ciudad Vieja y Pescadería. La licencia fue rechazada.
2011
Visto bueno. Tras dos años de informes y solicitudes de documentación, el arquitecto municipal emite, en febrero, su visto bueno y considera que las obras se ajustan al planeamiento. El expediente se remite a Patrimonio, que dos meses más tarde lo devuelve diciendo que el asunto es competencia municipal por estar en zona Pepri. En julio la arquitecta del consistorio dice que, por estar La Solana en el entorno de una zona BIC (la muralla), hace falta ahora informe previo. Los arqueólogos municipales concluyen que son necesarios controles arqueológicos sobre el terreno. En diciembre la consellería autoriza esos controles. En esa gestión se ha consumido otro año.
2013
Cambios de personal. Cambios en el personal encargado del control arqueológico -que deben ser aprobados por la Xunta- siguen retrasando los trabajos. En octubre de ese año, es decir, 54 meses después de la presentación de la solicitud de licencia, esta es concedida por el Ayuntamiento.
2014
Autorización. La empresa pide un mes de margen para entregar el proyecto de ejecución y el de seguridad. En diciembre de ese año el consistorio autoriza el inicio de las obras.
2015
Error de tramitación. Con la obra en marcha -y con licencia- Urbanismo del Ayuntamiento realiza una inspección. Un nuevo informe municipal establece que la licencia del 2013 se dio sin el informe arqueológico del anexo presentado y sin remitirlo a Patrimonio. Se decide remitir la documentación a ese departamento. Pese al error en la tramitación, el arqueólogo informa favorablemente del expediente y de lo ejecutado, pero se pide realizar un control arqueológico de las obras.
2016
Paralización. En enero de ese año se paralizan los trabajos por discrepancias entre el proyecto de ejecución y los trabajos realizados. Son diferencias menores, pero la empresa deberá presentar un modificado del proyecto que deberá pasar otra vez por toda la rueda: de Ayuntamiento a Patrimonio, de Patrimonio al Ayuntamiento y del Ayuntamiento al promotor. Cada trámite dura meses. El proyecto remozado reduce el tamaño del edificio previsto. Patrimonio, además, hace una serie de indicaciones sobre materiales: los colores han de ser mates, no brillantes, y el césped del entorno de las instalaciones que iba a tener un tramo artificial, ha de ser natural
2018
Medio centenar de trámites. Desde el 2009 el expediente de La Solana suma en torno a medio centenar de informes de todo tipo y de distintos departamentos. En febrero Patrimonio dio el visto bueno y así se lo comunicó al Ayuntamiento, que a finales de mayo hizo lo propio. Ahora, al fin, las obras podrán adaptarse y completarse.
Por otra parte, el BNG anunció ayer que presentará alegaciones a la modificación del PXOM que tramita el gobierno local para que La Solana figure en el plano como equipamiento público. El BNG quiere que el Finisterre también lo sea.