La Audiencia Provincial lo considera culpable de un delito de asesinato con alevosía
08 abr 2019 . Actualizado a las 18:44 h.Marcos Mirás terminó con la vida de su hijo de 11 años el Día de la Madre del 2017 golpeándolo en la cabeza con una pala de obra en un monte de difícil acceso de Oza-Cesuras, y lo hizo «con la intención de causarle el mayor sufrimiento psíquico a su exmujer». Así lo considera la Sección Primera de la Audiencia Provincial de A Coruña, que ha condenado al parricida a prisión permanente revisable al considerarlo culpable de un delito de asesinato con alevosía con los agravantes de parentesco y de machismo.
La Audiencia también le impone la prohibición de aproximarse a menos de 1.500 metros de su exmujer y de comunicarse con ella por cualquier tipo de vía durante cinco años más que la duración de la prisión permanente revisable. Además, Mirás tendrá que abonar a su exesposa una indemnización de 180.000 euros.
Su defensa trató de convencer a la sala de que se encontraban ante un «psicótico» y que no recordaba lo sucedido, por lo que solicitaron su ingreso en un centro psiquiátrico. Sin embargo, la Audiencia subraya que, en contra de los argumentos esgrimidos por la defensa, «ninguno de los peritos judiciales que examinaron al acusado apreciaron síntomas psicóticos» e insisten en que, tal y como expuso la médica forense en el juicio, el brote psicótico «no es compatible con una acción planeada», como la que llevó a cabo el acusado.
En la sentencia, la Audiencia destaca que el tribunal del jurado se manifestó contrario por unanimidad a la concesión del indulto o el beneficio de suspensión de la pena, una decisión con la que «coincide plenamente» la magistrada presidenta de la Sección Primera, quien calificó al acusado de «peligroso y carente de los más elementales valores y escrúpulos».
«Sabía lo que hacía»
Durante la celebración del juicio, los psiquiatras señalaron que el día en que se cometió el crimen, en el que Marcos Mirás disfrutaba del régimen de visitas establecido con su expareja tras su separación en el 2009, el parricida tenía sus facultades cognoscitivas y volitivas preservadas, no sufrió un brote psicótico, alucinaciones, delirios ni ninguna alteración que le ocasionara una merma de la voluntad.
Contra el fallo cabe interponer recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
La frialdad extrema de un padre que ni se inmutó al regresar al lugar del crimen
La exmujer de Marcos Mirás y nueve personas más coincidieron durante el juicio en destacar la frialdad extrema del acusado. Tanto los policías que lo detuvieron y lo acompañaron en el viaje que los condujo hasta el cadáver del niño como los responsables del hostal donde se alojó aquella noche describieron al parricida como un hombre impávido que no se inmutó al ser detenido ni a al regresar al lugar de los hechos. Sin embargo, apreciaron en él una extraña locuacidad antes de terminar con la vida de su hijo de 11 años.
Su exmujer fue más allá y explicó que durante los cuatro años de matrimonio la insultaba de forma habitual y fiscalizaba su teléfono, su correo electrónico y sus perfiles de las redes sociales para aislarla de sus personas de confianza. Protegida por un biombo, relató cómo desde su separación no ha sido capaz de salir sola a la calle por miedo a su exmarido.
Así fue el seguimiento del juicio: