El cantante la visitó por sorpresa en el hospital cuando supo que su fan no había recibido el alta para verlo en directo
13 jul 2019 . Actualizado a las 11:15 h.«Ya los girasoles se tornaron hacia la luz... ya no hay sufrimiento», reza la esquela. Los girasoles eran la planta favorita de Eugenia Sánchez Muíños, más conocida en Lorbé (Oleiros) por Geni. Un día mágico, el 16 de mayo de este año, se despertó con una sorpresa inolvidable en su habitación del coruñés Hospital Abente y Lago. «Geni, mira por la puerta. Ha venido a verte Manolo García», le dijo su hermana, Mari Cruz. Incrédula, y dolida por no poder haber ido la noche anterior al concierto de su cantante favorito, Geni no se volteó hacia la puerta. La insistencia le hizo mirar. Y sí, allí estaba su ídolo del alma, al que seguía desde su etapa en Los Burros, primero, y en El último de la fila, después.
El gesto de Manolo García fue posible gracias a los amigos y familiares de Geni que movieron cielo y tierra para trasladar la noticia al cantante catalán. Mientras Manolo ensayaba las piezas de su concierto en acústico en el Palacio de la Ópera de A Coruña, el cantante coruñés Gandy le dijo: «Hay una fan que está en el hospital. Tenía las entradas para venir a verte pero no le han dado el alta los médicos por su estado».
La intención original era que Manolo García le enviara un audio o una foto a Geni. Lo que nadie preveía es que, al día siguiente, el intérprete de temas como Pájaros de barro se personara en los pasillos del Abente y Lago preguntando por Geni. El equipo médico se quedó sorprendido. Maravillado. Geni también.
Su grado de implicación estuvo a la altura de su talento artístico
El cantautor perdió el vuelo de vuelta y se fue en un coche de alquiler hasta Madrid ese domingo. Poco amigo del protagonismo mediático, quiso pasar siempre desapercibido. «Manolo García quiere ser la persona más normal del mundo. Además, creo es bueno. Su grado de implicación estuvo a la altura de su talento artístico. Ha sido algo de lo que no me olvidaré jamás. No por él, sino por los amigos de Geni», cuenta Gandy. El coruñés acompañó al catalán en Galicia durante su concierto. «No le he dicho nada porque está de gira ahora y se pondrá triste. Estoy impactado», confiesa Gandy.
«Manolo me dijo que escuchara música, que me trasladaría a sitios donde nadie podía hacerlo», nos contó Geni en mayo. «Emociona que haya gente así en el mundo. Me da esperanza», asegurara. Aquí recordamos la conversación que tuvo con Geni en el hospital aquella soleada mañana de mayo. Ella se fue este miércoles a los 47 años de edad a consecuencia de un cáncer. Al compositor le formuló un deseo: una canción sobre girasoles. Ojalá que se cumpla.
El emocionante gesto de Manolo García con una fan coruñesa hospitalizada
La actuación más especial de Manolo García en Galicia este fin de semana no se produjo sobre un escenario, sino en la habitación del Hospital Abente y Lago de A Coruña. Allí está ingresada María Eugenia Sánchez, a la que en Lorbé, su tierra, todos llaman Geni. Tiene 47 años y una hija de 9 a la que inoculó su pasión por canciones como Aviones plateados. Desde hace un tiempo, está siendo tratada por un cáncer que le impidió ir este sábado al concierto de su ídolo. El viernes, día 17, los médicos le comunicaron que, por su bienestar, no podía ir a la actuación que el catalán dio en el Palacio de la Ópera. Geni, que tenía dos entradas, no pudo aguantar el llanto. Emocionó tanto a los suyos que hicieron todo lo posible para cambiar su suerte.
«Geni, mira por la puerta. Ha venido a verte Manolo García». El domingo por la mañana, muy temprano, este pequeño pero gran milagro se produjo. «No me lo podía creer. Me tapé la cara con las manos, no era capaz de dejar de llorar», cuenta con admiración desde el hospital. Sí, el que estaba en el pasillo era el exintegrante de El último de la fila.
Después de un intenso y aplaudido concierto en acústico el sábado en A Coruña, Manolo García madrugó el domingo para ir a ver a su fan. La historia de Geni llegó el sábado a sus oídos por el músico coruñes Gandy, que ayudó a Manolo en su cometido. A las 09.30 de la mañana estaba plantado en la habitación del Abente y Lago. Se quedó solo en Galicia, mientras su equipo partió rumbo a Barcelona. El cantante se fue después en coche hasta Madrid. «Es tan humilde, tan humano lo que hizo», dice la hermana de Geni, Mari Cruz. «No vino con prisa, estuvo un buen rato con mi hermana. Los dejamos a los dos hablando a solas y contemplando las vistas al mar que hay desde la ventana de la habitación. Le dio paz, mucha tranquilidad a mi hermana», dice, muy agradecida Mari Cruz Sánchez.
Me dijo que escuchara música, que me trasladaría a sitios donde nadie podía hacerlo
¿De qué hablaron? Como no, de música. «Me dijo que escuchara música, que me trasladaría a sitios donde nadie podía hacerlo», cuenta Geni. Manolo García tampoco pudo evitar hacer un comentario sobre el monumental paisaje. «Qué vistas más bonitas tienes desde aquí», le dijo el intérprete. «¿Ves donde están aquellos árboles? Es Lorbé, mi pueblo. Un día, si quieres, iremos a tomar mejillones», le prometió Geni. «El Atlántico es un mar bravo. Me parece masculino y el Mediterráneo femenino», le deslizó el cantante, que también elogió los ojos verdes de la paciente.
«Me ha hecho muy feliz, dice mucho de una persona. Emociona que haya gente en el mundo así... Me da esperanza. Esta enfermedad es tan dura», comenta Geni. Mari Cruz, asiente. «Mi hermana confesó que, sin contar a su hija, claro, es el mejor regalo que le han hecho en la vida», afirma.
Me ha hecho muy feliz, dice mucho de una persona
«Fue con El último de la fila cuando empecé a amar la música», desvela Geni. Sigue a Manolo García desde su etapa en Los Burros. El cantante la emplazó a que, cuando esté mejor, si quiere, vaya a verlo al próximo concierto de su gira en León. «A mi hermana le gustan mucho los girasoles, igual puede servirle de inspiración para un próximo tema», sonríe Mari Cruz.
Un «hombre tímido»
Manolo García se definió como «tímido» y destacó por su discreción. Aunque quería pasar totalmente desapercibido, y que la visita fuera un gesto privado, no pudo evitar el revuelo al entrar por el pasillo del complejo hospitalario. El equipo de enfermería y los médicos también le dieron las gracias, destaca la hermana.
Otra de las personas que no puede estar más agradecida es la pequeña Enma, la hija de Geni. «Le quiso enviar un audio a Manolo García, para darle las gracias por el bien que le había hecho a su madre esta sorpresa», apunta Mari Cruz. Geni no pudo escuchar las letras de Pájaros de barro acompañadas de la guitarra de Manolo García este sábado en el Palacio de la Ópera, pero lo que vino después fue mucho mejor. Conoció a la persona que hay detrás de este gran artista. Esa mañana de domingo juntos fue de canción.