Este ha sido un verano triste para los acólitos de Manoliño, el delfín que desde el 2019 jugueteaba en los puertos de nuestras rías: los expertos insisten en que el simpático arroaz no volverá. Los turistas del mundo animal que en ocasiones sacan el pasaporte para alejarse de su medio acaban siempre por decirnos adiós. Algunos más tarde que pronto hasta hacerse populares: en agosto del 88, una pardela, una foca y un cuervo exploraban a fondo los encantos de Galicia.
Jesús Flores