El aeropuerto coruñés finalizará el año por encima de los 1,3 millones de pasajeros regulados por el Ministerio de Fomento
16 oct 2019 . Actualizado a las 10:10 h.Ya sabíamos que a veces las Administraciones justifican y validan sin el más mínimo rubor sus contradicciones e irregularidades, las mismas por las que cargan contra el ciudadano que las comete, aunque transgreda el límite sin mala intención y apenas por un milímetro o un segundo. Por tanto, no debería sorprendernos demasiado el último ejemplo: la terminal del aeropuerto de Alvedro.
Desde hace unos cuantos años, el Ministerio de Fomento dispone del llamado Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA), que incluye una relación del tope de pasajeros que, por razones de capacidad, tiene establecida cada terminal. En el caso de la coruñesa es de 1.300.000. Pero esa barrera se va a superar casi con total seguridad al finalizar este año, con una previsión de 1.345.000 viajeros.
Es fantástico: creamos un sistema de control de capacidad para estipular el tráfico máximo de las terminales, pero si lo transgredimos no existe un problema de capacidad.
Bien. ¿Qué sucederá entonces? Pues según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), también del Ministerio de Fomento, nada en absoluto. «En ningún caso se limitará la actividad del aeropuerto» ni supondrá un problema «para la seguridad operacional», afirman sus responsables. Esto es lo que se llama un argumento de altos vuelos. Es fantástico: creamos un sistema de control de capacidad para estipular el tráfico máximo de las terminales, pero si lo transgredimos no existe un problema de capacidad.
Es el privilegio de las Administraciones: poder justificar muchas cosas que en el caso de los ciudadanos de a pie se considerarían temerarias. Imaginemos, por ejemplo, qué pasaría con el hostelero que aplicase el mismo criterio para el aforo de su local, el multazo que se le vendría encima cuando un inspector constatase la presencia de un solo cliente más. Inflexibilidad máxima y una norma como el DORA para justificar la sanción.
Es evidente que no va a haber un problema de seguridad en la terminal de Alvedro al acabar el año, que no va a pasar nada especial y que estas cifras tienen siempre un margen amplio, pues son estimaciones poco categóricas. Pero también es evidente que Fomento mira para otro lado cuando se le exponen los números de una instalación que se ha quedado muy pequeña, y cuando se le recuerda que hay un plan director aprobado que concreta la ampliación de esa terminal pero que sigue en el limbo a la espera de que un ministro de Fomento que no existirá en meses firme unos nuevos presupuestos.
El aeropuerto suma 40 meses de crecimiento ininterrumpido. Y es probable que no haya a la vista un problema de seguridad por exceso de viajeros, pero lo que es indudable es que hay un problema de capacidad en una terminal en la que las salas de espera son hormigueros porque han sido diseñados para aviones de 100 pasajeros cuando hoy son de 200.