«La próstata hay que controlarla a partir de los 50, y a los 45 si hay antecedentes»
A CORUÑA

Venancio Chantada y Luis Antón Aparicio, jefes de Urología y Oncología del Chuac, resumieron en las Charlas Saludables los avances para detectar y tratar los tumores
22 ene 2020 . Actualizado a las 08:09 h.Qué es, cómo se diagnostica y cómo se trata el cáncer de próstata fueron las cuestiones tratadas en las Charlas Saludables, ciclo divulgativo que organiza la Xerencia del área sanitaria de A Coruña y Cee con La Voz de Galicia y que ayer citó en Afundación a dos referentes de la sanidad coruñesa: los doctores Luis Antón Aparicio y Venancio Chantada Abal, jefes de los servicios de Oncología y Urología, respectivamente, del Chuac.
Como urólogo, Chantada puso especial interés en insistir en la importancia de diagnosticar precozmente uno de los cánceres más frecuentes en los varones y, tal y como apuntó Aparicio, «el quinto en mortalidad».
El responsable de Urología recordó que si bien la mayor parte de los tumores, hasta el 80 %, aparecen en mayores de 65 años y solo un 2 % se dan en menores de 50, «hay un porcentaje, hasta el 15 %, que afecta a hombres entre los 50 y los 65», subrayó. Por ello, y aunque de forma general se recomienda comenzar a controlarse la próstata a partir de los 50, «hay que tener en cuenta que este cáncer tiene un componente hereditario importante, hasta en el 15 % de los casos, y cuántos más familiares de primer grado se tengan afectados, más probabilidades hay de sufrirlo». De ahí que en casos con antecedentes, el control debe iniciarse antes, a los 45 años.
«En 20 años, el control del PSA y las técnicas de imagen han cambiado totalmente la detección del cáncer»
En todos los casos, Chantada quiso poner de relieve el «papel crucial de la atención primaria», ya que «es el médico de cabecera el que puede empezar a pedir y controlar las analíticas del PSA, conoce la historia del paciente, y sabe si hay o no síntomas». Se detuvo también en explicar cómo llega el urólogo al diagnóstico de cáncer y describió los avances en técnicas, ya que gracias al control del PSA y las pruebas de imagen «en 20 años ha cambiado totalmente el panorama de la detección de estos tumores». Así, en el pasado la mayoría de los tumores eran de riesgo alto o intermedio, mientras que «ahora los vemos en fases tempranas, la mayoría son de bajo riesgo».
En muchos casos, inicialmente solo hay que vigilarlos hasta que la evolución indique la necesidad de tratar. En este punto, recalcó que «el mejor tratamiento sigue siendo la cirugía», aunque existen «muchas terapias alternativas y complementarias», como la hormonoterapia, la radioterapia y la quimioterapia.
Antón Aparicio subrayó la eficacia de los tratamientos hormonales, un amplio arsenal de antiandrógenos orales que «en función del estadio utilizan con maestría y eficacia los urólogos y consiguen años de supervivencia». «La mayoría de los pacientes -insistió el jefe de Oncología- van bien, responden muy bien y acaban falleciendo de otra cosa, no de cáncer de próstata». Sin embargo, existe un grupo de enfermos, que el oncólogo cifró en alrededor del 25 %, que pasado el tiempo, «a menudo años», apuntó, y una vez agotadas otras alternativas terapéuticas, recaen. «Ahí entramos los oncólogos y la quimioterapia», añadió, tratamientos cuya eficacia varía «en función de la edad y biología del paciente y de la tolerancia a la toxicidad de los fármacos», explicó. En todo caso, el arsenal terapéutico «se está renovando continuamente», subrayó en alusión a las posibilidades de seguir disponiendo de más armas contra la enfermedad tumoral.
«La mayoría de los pacientes responden muy bien y acaban falleciendo de otra cosa, no del tumor»
Ambos coincidieron en instar al abordaje multidisciplinar de cada caso, con oncólogos, radioterapeutas, radiólogos, urólogos y patólogos, de cara a una terapia individualizada. «El tratamiento de dos hombres con el mismo tumor, en el mismo grado de la enfermedad, varía en función de muchos factores, desde la edad a sus expectativas», subrayaron.
El Chuac incorporará este año la biopsia de fusión y nuevos tratamientos
La incidencia del cáncer de próstata, según pusieron de manifiesto los doctores Luis Antón Aparicio y Venancio Chantada Abal, difiere mucho de unas zonas geográficas del planeta a otras, no solo por la variabilidad ligada a la genética, sino y sobre todo porque todavía existen áreas importantes donde es una patología infradiagnosticada por la dificultad de acceso de la población a los dispositivos asistenciales. Así, a China se le atribuyen 1,5 casos por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los 290 computados en Estados Unidos o los países escandinavos. En el caso de Galicia, la tasa se sitúa en torno a 200 por cada 100.000 habitantes.

La importancia de la detección precoz para un mejor pronóstico de la enfermedad fue una constante durante la conferencia, donde se destacaron además los avances que se han producido para lograr todavía mayor precisión en el diagnóstico. En este sentido, el jefe de Urología adelantó que en un futuro no lejano «contaremos en el Chuac con la biopsia de fusión», un nuevo método que permite fusionar las imágenes de la resonancia magnética con las que obtiene el profesional con el ecógrafo en el momento de realizar la biopsia. De esta forma «sabemos exactamente a dónde dirigir la biopsia, lo que aumenta muchísimo, hasta un 95 %, las posibilidades de realizar un diagnóstico de precisión», señaló Chantada.

No fue el único anuncio de la jornada, ya que el jefe de Oncología médica del Chuac, que repasó los tratamientos disponibles en la actualidad, también se refirió a próximas incorporaciones y novedades en el área terapéutica. Aseguró el doctor Aparicio que su equipo confía en disponer de aquí a final de año de un nuevo fármaco para un grupo específico de pacientes con cáncer de próstata relacionado con la herencia genética.
