La aparición de un muro prerromano deja al descubierto la precariedad del museo arqueológico de A Coruña

m. CARNEIRO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Míguez

Construir un centro en Elviña y repensar la estrategia sobre el patrimonio, demandas de los especialistas

12 ene 2022 . Actualizado a las 10:48 h.

«Excavar está moi ben, si. E o museo onde se deben conservar o materiais? Como está? Onde está? Que persoal ten?». A Felipe Senén López, director del Museo Arqueológico de San Antón entre 1975 y 1997, el hallazgo de un tramo de muro y un millar de fragmentos de cerámica anteriores a la ocupación romana en la Ciudad Vieja lo lleva directamente a la zona de sombra de la noticia: la situación de deterioro progresivo a la que está sometido el museo municipal, donde se depositan todos los materiales que van apareciendo en el castro de Elviña y en el resto de yacimientos. Sin director, arqueólogo, conservador ni documentalista, a San Antón lo han ido desarbolando y desde hace años depende del trabajo de una técnica —«unha heroína», dice López—, que lo atiende todo. En las húmedas y sombrías salas del castillo que fue prisión se exponen las piezas más importantes —joyas de oro, Ídolo Fálico, artículos de bronce y cerámicas— mientras miles y miles de fragmentos descubiertos en 80 años de campañas esperan almacenados a que alguien los interprete. 

Un museo, «como os outros»

«O edificio é moi difícil, hai moita humidade, o espazo é reducido», afirma el arqueólogo, que revisa uno por uno los medios que hacen falta para tener un museo en condiciones —«tampouco mellor ca os outros da cidade»— y concluye que los fondos prerromanos merecen unas instalaciones específicas en Elviña, donde puedan «conservarse, estudarse e divulgarse, como se pode facer agora».

Veinte años después de la aprobación del plan director del gran yacimiento coruñés, junto con la Torre, el edificio en el recinto del castro sigue siendo la asignatura pendiente. Al calor de los últimos hallazgos, el arqueólogo Fidel Méndez considera que «debería repensarse toda la estrategia sobre el patrimonio arqueológico», porque «el actual museo no solo es un sitio sin instalaciones adecuadas, sino que ni siquiera tiene director. Hay que repensarlo todo», explica. Para Méndez, el castillo de San Antón debería quedar como museo histórico, y Elviña encaminarse hacia un complejo de tipo modular «que se pueda ir planificando hasta llegar a una fase en la que se pueda exponer allí».

El Ayuntamiento tiene previsto construir un edificio de 180 metros cuadrados de apoyo a la actividad arqueológica para proporcionar a los técnicos y a los visitantes —centenares de escolares cada año— unos servicios mínimos, aseos, un lugar para guardar las herramientas y una sala de 50 metros cuadrados destinada a actividades de divulgación.

«Estas instalaciones pueden ir creciendo. Mañana puede construirse el almacén del museo, dentro de cinco años una sala de exhibiciones temporales, y poco a poco ir formando un complejo», propone el especialista en la Edad de Hierro.

De la importancia del hallazgo habla Javier González, profesor de Historia Antiga de la USC y autor del libro de referencia Os Ártabros: estudio xeográfico e etnohistórico. «Hasta ahora se venía diciendo, y yo lo compartía, que en ese tómbolo que según las mareas convertía la península en isla, a partir de Juana de Vega, no había habido ocupación antes de los romanos. Ahora tenemos indicios de que sí».