Aquiles Machado, tenor: «Disfruto escuchando a Daddy Yankee con mis hijas, hay espacio para todo»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El director artístico de la Temporada Lírica de A Coruña ha configurado la programación operística que arranca este jueves

29 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nací en Venezuela pero me vine muy joven a España a estudiar con el maestro Alfredo Kraus. Desde entonces son ya 30 años de actividad artística como cantante, además de como gestor de programas para niños, cursando estudios de director de orquesta, trabajando como director de escena...». Así resume su periplo profesional Aquiles Machado (Barquisimeto, 1973), un tenor de conversación infinita que debuta como director artístico de la programación de la Temporada Lírica de Amigos de la Ópera de A Coruña, que arranca esta semana, coincidiendo con el 70.º aniversario de la entidad.

—¿Cómo recibió la propuesta de dirigir la Temporada Lírica?

—Fundamentalmente con gran inconsciencia, pero también con muchas ganas de hacer cosas nuevas y buscar nuevas perspectivas, nuevos retos que hagan que la Temporada Lírica crezca y se transforme en algo más grande, se internacionalice y se convierta a la vez en una plataforma para el talento local y nacional, para que los jóvenes de aquí puedan compartir experiencias con artistas consagrados. Porque de ahí van a salir grandes sorpresas, grandes voces que después habrá que pagar entradas carísimas para poder escucharlas en directo. Así que hay que aprovechar ahora.

—¿Es este el programa que quería o simplemente el que ha podido sacar adelante?

—Una mezcla de las dos cosas. Hemos aprovechado todo lo bueno que se ha venido haciendo en la Temporada Lírica, que siempre ha estado dentro de las temporadas que más llamaban la atención del panorama nacional. Pero también hemos hecho cambios, aportado muchas nuevas ideas de las cuales hemos podido concretar un buen número, pero no todas. De cara al futuro me gustaría que hubiese más óperas representadas y que tuviese un toque más juvenil.

—Utilizar el término juvenil cuando se habla de ópera no es muy común.

—Es fundamental. Hay que romper ciertos estereotipos. Es un espectáculo muy interesante que ofrece muchas posibilidades y está abierto a grandes renovaciones, a adaptarse a nuestro tiempo, nuestros gustos, teniendo siempre en cuenta que es algo lleno de patrimonio cultural e histórico. Pero puede ser cien por cien juvenil. De hecho nuestra intención para la temporada que viene es ampliar el contenido hasta los más pequeñitos, a los de cinco años.

—Dados los gustos musicales mayoritarios de la juventud actual, ¿cree que la ópera puede cuajar?

—Yo soy cantante de ópera, me encanta también como espectador o cuando me toca estar entre bastidores haciendo otras funciones. Pero de la misma forma me río mucho escuchando a Daddy Yankee, lo disfruto y bailo con mis hijas. Pero es que no está reñida una cosa con la otra, hay espacio para todo, tenemos estados anímicos que nos llevan a una u otra cosa. Lo que es indudable es que la ópera es una experiencia que hay que vivirla con cierta predisposición y, sobre todo, con tiempo, porque suelen tener unas duraciones que no cuadran con la vida moderna. Pensar en irse tres horas a un teatro es casi una experiencia isabelina, de esas en las que daban almuerzo y todo. Pero merece la pena, porque es como una máquina del tiempo que nos permite viajar.

—Ese viaje puede propiciarlo también, por ejemplo, el cine. ¿Qué tiene de especial la ópera?

—Que lo hace desde una perspectiva que no es real. Ese lenguaje universal de la música, del teatro de ópera —que es muy distinto al de prosa— hace que la gente entre en una especie de nirvana educativo. Es una experiencia maravillosa. Uno termina entendiendo muchas cosas por el mero ejercicio de abstracción que realiza. Además, respecto al cine, la ópera es en vivo, y eso marca una distancia enorme. Es una experiencia compleja, en la que se combinan muchas disciplinas y en la que hay mucha gente trabajando, pero lo que la hace única es que nace y muere cada noche que se ejecuta. Ninguna función de ópera es igual a otra, es irrepetible. Es más, presenciar cómo el tenor de moda desafina es un hecho único. Poder decir que yo estuve cuando Fleta se quedó mudo cantando Pagliacci es algo histórico. Y con esto no quiero disculpar al tenor que echa un gallo o a la soprano que se queda ronca [ríe].

«Hemos intentado combinar grandes figuras de la lírica con artistas jóvenes»

La programación de la Temporada Lírica comienza este jueves y se extenderá hasta el 7 de diciembre, con un listado inabarcable de artistas que pasarán por nuestra ciudad.

—¿Qué destaca del programa?

—Tenemos este año tres títulos de ópera, de los cuales solo uno es representado, Norma, los días 23 y 24. A este se añade La forza del destino como apertura el día 3 y Ariodante, con unos especialistas en el barroco que son Il Pommo d'Oro, que actuarán el 9 de noviembre. Además tenemos una serie de recitales en los que hemos intentado combinar artistas internacionales, grandes figuras de la lírica, con artistas jóvenes.

—La apuesta por nuevos valores y por el talento local es loable, pero además tiene que haber grandes nombres en el cartel.

—Sin duda. De hecho, la Temporada la abrimos con Asmik Grigorian, una de las cantantes más interesantes que hay en el panorama lírico actual. Y la tendremos haciendo un recital basado en su última grabación, Disonancias, un disco interesantísimo sobre canciones de Rachmaninov. Tenemos otro recital de Xabier Anduaga, una de las grandes estrellas de la lírica española; a Angela Meade, que viene a cantar La forza del destino por primera vez; en Ariodante está Franco Fagioli, que es la reencarnación de Farinelli, un contratenor considerado como un auténtico fenómeno. Y cerramos la temporada el 7 de diciembre con el divo vivo más famoso y mediático, Roberto Alagna, que es como un actor de Los Vengadores pero metido a cantante lírico. Despierta pasiones entre los fans y mueve masas, aparte de ser un artista con una carrera impecable, y que viene a hacer un recital que será la única representación que realizará en España este año.