La violencia contra las mujeres y el conflicto de Palestina ocuparon el centro de la lluviosa manifestación del Día Internacional de la Mujer, secundada por más de 3.000 personas
08 mar 2024 . Actualizado a las 23:39 h.«El feminismo es una manera de vivir, aquí y en Lima», respondió este viernes Gema Vilela sobre la presencia del conflicto palestino en el 8M coruñés. Unas 3.000 personas, según la Policía Local, acababan de dar por terminada la manifestación en la plaza de Tabacos escuchando el discurso de Sahar Shatat, una mujer palestina que recordó a las 9.000 mujeres y los 12.000 niños asesinados en la franja de Gaza en los últimos cinco meses. 37 madres al día. «El espíritu indomable de las mujeres palestinas no conoce la derrota. A pesar del dolor y la devastación, nuestra capacidad de amor, de ser madres y de reconstruir la vida desde los escombros nos mantiene firmes», pronunció Shatat.
El comunicado de la organización, compartida por la Marcha Mundial das Mulleres y la Plataforma Feminista Galega, volvió al recrudecimiento de la violencia. «É maior cada día, o discurso de odio das extremas dereitas está máis espallado e convértenos en obxectivo preferencial dos machistas e do poder político (...). A loita é unha loita para transformar o mundo», subrayaron. Entre la multitud, 22 mujeres anónimas con túnicas blancas portaban otros tantos carteles con los nombres, las edades y los lugares de origen de las víctimas asesinadas desde el 2020 en Galicia. «Non pertencemos a ningunha organización, organizámonos por WhatsApp. Pretendemos sensibilizar sobre esta lacra e loitar para que o cómputo de víctimas recolla a cifra real, non só as que morren a mans de parellas ou exparellas. Se un putero mata a unha puta, por exemplo, ela non é vítima de violencia machista», explicó Susana, que cifró en 800 mujeres más las que engrosarían la lista negra de 1.200 contabilizadas por el Gobierno estatal desde el 2003.
El 8M se hizo eco de la historia reciente —«Mira, hermana, aquí está tu manada», se coreó al salir del Obelisco—, de la hegemonía del abolicionismo y de las últimas discrepancias a cuenta de los cambios legislativos, que llevaron al Sindicato de Estudiantes a apuntar la polémica trans como el gran asunto del 2024. «O feminismo non é tránsfobo, aínda que a ministra e outras políticas queiran boicotealas», dijo Rebeca Eijo en alusión a unas declaraciones de la directora del Instituto de las Mujeres, que dijo que «las mujeres trans no existen. Son transexuales y punto».
Y entre charcos y consignas, algunas antiguas —«Se tocan a unha, tócannos a todas»— y otras para la ocasión —«Por moito que se molle a nosa loita non encolle»—, como muchas otras chavalas, Iria Cabanas y Antía Díaz, dos adolescentes de 4.º de ESO del Neira Vilas de Oleiros, cada una con su minipancarta y sus razones. Una compañera que lleva escote y todos la conocen por La Fresca. Los gritos que recibieron en Navidad cuando entraron en clase con un vestido rojo y una minifalda. Sentirse juzgadas. «Venimos a reivindicarnos», resumió Antía, con 15 años.