Jesús Campo Hortas, director saliente del aeropuerto de A Coruña: «La afección de Oporto y del AVE es muy residual para Alvedro»
A CORUÑA
El récord del 2019 y la recuperación en el 2023 son dos de los registros que anota
13 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Está preparado para volar, con las vacunas inoculadas. Después de 11 años al frente del aeropuerto al que llegó en el 2009, Jesús Campo Hortas (Vigo, 1975) estrenará noviembre como director de Operaciones e Infraestructuras del Grupo Aena Brasil, donde gestionan 17 terminales. «De Redondela», remarca, este ingeniero que estudió en la Universidade de Vigo se despide con agradecimientos a compañeros y autoridades de la ciudad donde creció profesionalmente y que siente como suya. «Tengo una hija coruñesa», desliza.
—¿Empañan la despedida los datos del 2024?
—En el 2023, tuvimos el segundo mejor dato. Antes de la pandemia, veníamos encadenando seis años consecutivos de crecimiento hasta el 2019, récord histórico de tráfico. Este 2024, a pesar de que llevamos unos meses en negativo, va a ser un buen año. El tráfico anual va a estar por encima del millón, próximo a la cifra del 2023, con meses con más de 100.000 viajeros. A nivel local, estamos manteniendo unas cifras top. El millón de pasajeros se ha consolidado como la cifra mínima que se debe alcanzar.
—¿Hasta qué punto puede un director, y su equipo, conseguir que una terminal gane destinos?
—En Aena tenemos una política de incentivos para la implantación de nuevas compañías o el aumento de tráfico. Es la misma en todas las terminales, el descuento de las tarifas por viajero, que es de lo que nos financiamos, no cobramos una tasa al contribuyente. Esta es la parte que nos toca: vender que tenemos un aeropuerto con capacidad e infraestructuras de primer nivel. Después, esto tiene que ir acompañado de una política turística adecuada de promoción del destino. Tiene que haber algo que llame a venir aquí. Hechos sus cálculos, las compañías aéreas son las que deciden.
—Para eso, la relación con el gobierno local tiene que ser buena.
—Llevo tres alcaldes en A Coruña, dos en Culleredo, cinco delegados del Gobierno y no sé cuántos subdelegados. La relación siempre ha sido cordial y la colaboración constante.
—Seguro que se lo han dicho cientos de veces pero, ¿no bastaría en Galicia con Lavacolla?
—El ciudadano tiene tres aeropuertos para elegir, creo que es un privilegio para esta comunidad.
—¿No compiten entre ustedes?
—Hablo con los otros dos directores casi de forma diaria, trabajamos para la misma empresa.
—¿Oporto es el caballo de batalla?
—La afección de Oporto en Alvedro es muy residual, al igual que el AVE. Con los destinos que damos, de forma directa o por conectividad, no compensa irse hasta a Oporto. Respecto al AVE, nuestro perfil de pasajeros con Madrid es un viajero que va y viene en el día. Del avión de las 06.30 horas, casi la mitad regresa por la noche. Esto el AVE no lo puede facilitar. Y la conectividad es mejor hacerla desde el avión, de una puerta de embarque a otra. Habrá un porcentaje que opte por el AVE, pero no es importante. A Coruña tiene la fortuna de tener un puente aéreo con Madrid, pocas ciudades pueden decir lo mismo. Es el mayor destino del aeropuerto y el año pasado, a pesar del AVE, creció el tráfico.
—¿Y Asturias no roba pasajeros?
—Tampoco. Tiene destinos internacionales de carácter secundario. Hoy podemos dar una conectividad a esos países muy buena.
—¿Cuánto puede crecer Alvedro?
—La capacidad ronda los dos millones de pasajeros, una cifra que está aún muy lejos. Las infraestructuras quedan preparadas para absorber muchos más tráficos, me voy con esa satisfacción.
«¿Un destino por el que apuesto? Depende de las frecuencias»
Una despedida invita a hacer balance y, además del récord de pasajeros, Jesús Campo se queda con otro momento: «Me marcó la ampliación de pista. Se hizo sin cerrar el aeropuerto un solo día».
—¿Hay remedio a los desvíos?
—La meteorología no es una ciencia cierta. Desde esa ampliación en la cabecera sur, la que más desvíos motivaba, aplicamos nuevas maniobras que han mejorado la operatividad. Más o menos, se han reducido a la mitad.
—¿Perder Heathrow es la espina?
—La pérdida de Heathrow fue muy mediática, pero mantuvimos Londres con Gatwick. Todas las rutas que perdimos me han dolido de la misma manera.
—¿Por qué destino apostaría?
—Lo que siempre funcionó en Alvedro son las ciudades españolas de tamaño relevante, Málaga, Valencia, Sevilla, con la que tuvimos un enlace diario e iba lleno. El éxito está garantizado si se les da frecuencia. ¿A nivel internacional?, igual, depende de eso. Las grandes ciudades europeas funcionarán aquí con la premisa de unas frecuencias directas semanales suficientes, no a través de un enlace con otro aeropuerto. No podemos poner una ruta a la semana con París porque el que va suele ir dos, tres, cuatro días. Es la pescadilla que se muerde la cola, solo habrá éxito de ocupación con buenas frecuencias.
—¿Por qué el bajón del verano?
—Los pasajeros y las operaciones están creciendo a nivel mundial y las compañías adaptaron sus flotas. Sucedió con el Airbus de Iberia. Tiene capacidad para 150, 180 asientos y este verano operó con los CRJ, más pequeños. Llevábamos creciendo 36 meses, es lógico un cierto estancamiento cuando hay un cambio de asientos.
—¿Se ha descuidado Barcelona?
—Es el segundo destino, con más de 200.000 pasajeros al año. En su día tuvo tres conexiones, seguramente volveremos a esa cifra.
—¿Qué combinación cogerá para ir a Brasil?
—A Coruña-Madrid-Sao Paulo.