Desde el anuncio del futuro hospital público solo han empezado las excavaciones para el primer edificio. La Xunta insiste en que se hará y el PP local culpa de parte de los retrasos al bloqueo del Ayuntamiento por los accesos
23 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El 9 de octubre del 2018, el entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, anunció que A Coruña tendría un nuevo hospital público. Desde entonces, con una pandemia de por medio y múltiples y variados obstáculos —incluidos los políticos— dificultando una obra ya de por sí muy compleja técnicamente, está más que asumido que no se cumplirá ninguno de los plazos del Novo Chuac. Para el año que viene, los presupuestos de la Xunta consignan fondos, pero, como denunció la alcaldesa Inés Rey, en cuantía inferior a lo que había para el actual ejercicio y apenas la tercera parte de lo que se esperaba, algo menos de 37,7 millones de euros. Es la partida a gastar en el 2025, justo el año en el que, de acuerdo con lo anunciado en su día por el Gobierno gallego, tendría que estar lista el 80 % de la obra. Por el momento, apenas sí han empezado los trabajos para el primer edificio y sobre el terreno todavía no se ve ni un solo pilar para un hospital que, para cuando esté concluido y si no cambian antes los planes, triplicará en tamaño al actual.
En marcha
La torre polivalente. Aunque ha sido mucha la tramitación administrativa realizada hasta ahora, incluyendo el Proxecto de Interese Autonómico aprobado hace ya más de un año, de las obras del Novo Chuac solo son visibles los movimientos de tierras para el que será el primer inmueble de nueva factura: la torre polivalente. Adjudicada en diciembre por 33 millones y con un plazo de ejecución de 18 meses, en febrero comenzaron los trabajos de retranqueo de servicios. Tal y como van las obras, con las excavaciones incipientes, nada hace pensar que el inmueble pueda estar listo, como se había anunciado, a mediados del 2025.
Los viales
El proyecto constructivo, el año que viene. Motivo recurrente de polémica política entre Xunta y Concello, la construcción de los accesos al futuro complejo constituye una de las mejoras más esperadas para trabajadores y usuarios, obligados ahora a transitar por vías angostas e insuficientes para el tráfico que soporta la zona. El plan, que modificará la movilidad en torno al hospital con un anillo viario perimetral y nuevas conexiones, sufrió sucesivos retrasos primero a cuenta de la firma del convenio entre ambas Administraciones. Aunque el primer acuerdo se formalizó en febrero del 2021, el rifirrafe por quién y en qué proporción asumía los costes se mantuvo durante dos años largos y el convenio no se desbloqueó hasta marzo del 2023, cuando se alcanzó el consenso de que María Pita pagaría los accesos contra factura, es decir, a medida que se ejecutasen, hasta un máximo de 22,2 millones en cuatro anualidades, y no las expropiaciones. Ese octubre, se llevó a pleno una adenda para ajustar fechas y pagos por los retrasos. Se reconocía así un aplazamiento de al menos un año. En diciembre del año pasado, la Xunta adjudicó la redacción y ejecución de por 22,2 millones y un plazo de 24 meses, pero a principios de octubre admitía que «la gran complejidad técnica» demoraría a principios del 2025 la aprobación del proyecto constructivo. En cualquier caso, los accesos no estarán listos hasta el 2027 como pronto.
Demoliciones
Pendientes del derribo del hotel de pacientes. Otro factor podría demorar todavía más la realización de los nuevos accesos. Desde un principio, Infraestruturas señaló como paso previo para poder iniciarlos la demolición del actual hotel de pacientes, ya que la parcela que ahora ocupa este edificio será necesaria para llevar a cabo las mejoras en el viario y las conexiones. Los trabajos de derribo fueron adjudicados hace nueve meses, en enero pasado, por 1,1 millones de euros, y se anunció que se realizaría de forma inminente, primero, y en verano más tarde. La última previsión apuntaba a que las palas entrarían antes de que acabe este año. Serán necesarios siete meses para echar abajo el inmueble y liberar el terreno para las obras de los accesos.
Traslado a Expocoruña
Paso previo para tirar el hotel. El plazo para derribar el hotel de pacientes podría demorarse todavía más, ya que antes de iniciar la demolición es necesario trasladar a alrededor de 200 personas, los trabajadores que ocupan ahora el inmueble, en su mayoría de los servicios de administración y gestión del área sanitaria. Para ello, en noviembre del 2023 Xunta y Expocoruña firmaron un convenio para reubicar a este personal en el recinto ferial. A principios de febrero de este año, la Administración encargó a Tragsa llevar a cabo los trabajos de adecuación de los espacios, unas obras presupuestadas en 1,6 millones de euros y que, según los cálculos realizados, se completarían en siete meses. En abril pasado, Sanidade situaba el traslado para finales de verano, pero en agosto Tragsa solicitó una prórroga hasta el 20 de septiembre por los problemas con el suministro de materiales de obra. La Xunta calculó entonces que, pese a todo, la plantilla podría ocupar las oficinas de Expocoruña antes de que finalice este 2024.
Reacción del PP
Parálisis «municipal». La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, se refirió este martes a las declaraciones de Inés Rey por la reducción de la partida de las cuentas autonómicas del 2025 para el futuro hospital coruñés señalando que el proyecto del Novo Chuac «está perfectamente controlado», y valoró que las declaraciones de la regidora son «quejarse por quejarse». También el parlamentario autonómico Roberto Rodríguez, viceportavoz del Grupo Popular, aseguró ayer que los presupuestos de la Xunta «reiteran el compromiso de Alfonso Rueda con la sanidad de A Coruña» y, en respuesta a las críticas de la alcaldesa, advirtió que Inés Rey «se queja del ajuste de las anualidades de una obra tan compleja, pero se olvida de que durante dos años estuvo paralizando esta inversión por retrasar la aprobación del convenio en el pleno». En la misma línea, atribuyó al PSOE la demora del centro de salud de A Falperra, el de Santa Lucía, ya que «son diez años de espera desde que el gobierno municipal del PP firmó en el 2014 el protocolo para su construcción; es la lista de espera más larga de toda Galicia», dijo.