Médula, la floristería de A Coruña con flores gamberras que transmiten felicidad

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Elena Naveiras creo este espacio rosa de arte floral «con raíz» y lleno de color en el que los ramos de flores se convierten en obras de arte
01 ene 2022 . Actualizado a las 12:19 h.Un letrero vertical rosa llama la atención en el número 35 de la calle Orillamar. Es un avance de lo que te vas a encontrar dentro: un espacio con un toque industrial, pero lleno de mucho color: paredes rosas, conductos de ventilación verdes, un toque de amarillo… Esta explosión de color se acompaña de numerosos jarrones con flores de todo tipo. El escenario, que podría formar parte del decorado de una película de Wong Kar-Wai, se llama Médula y es la nueva floristería de Elena Naveiras, un lugar para crear arte floral y trabajar con «flores gamberras». Así lo define su creadora.

Además de bonito, Médula también es un proyecto con mucho significado. «El nombre es por la enfermedad que pasé: leucemia. Es algo que no relaciono con algo malo, sino que forma parte de mí». El nombre se acompaña de un logo que recuerda a la médula ósea: «Es obra de los chicos de Tío Phil». El color, cuenta, hace referencia a su estado de ánimo y a sus ganas de empezar de nuevo: «Quería que el espacio reflejara mi personalidad, que fuera alegre como en el momento en el que estoy, vuelvo con más fuerza que nunca». Para Elena, «el rosa da buen rollo y tranquilidad a la vez, siempre me gustó».

En Médula hay mucha flor fresca, «mucha flor gamberra, flores divertidas. Se trata de enseñar y trabajar con la cara menos comercial de las flores, de crear composiciones que no estén tan vistas». Aquí los ramos y combinaciones de flores se convierten casi en obras de arte. En su perfil de Instagram puede verse una muestra: las flores de las fotos parecen pintadas. En su local de color rosa Elena también espera celebrar talleres. Además de las flores, vende piezas de cerámica, como portavelas, jarrones o maceteros, hechos por artesanas gallegas. También se va a dedicar a la decoración de eventos. Pero, sobre todo, Elena quiere seguir disfrutando con sus flores. Y lo explica así de sencillo y de bonito: «Me hacen muy feliz».