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Lamaelume, el taller de cerámica de madre e hija en la Ciudad Vieja de A Coruña

Patricia García Lema
Patricia García A CORUÑA

A LA ÚLTIMA

Patricia Mónica Maggiora y Camila Sánchez son las artesanas de esta firma que se inspira en el mar y en los colores de la tierra para sus piezas. En su taller del paseo de la Dársena imparten cursos y talleres para adentrarse en el mundo de la cerámica

25 feb 2023 . Actualizado a las 13:13 h.

Patricia Mónica Maggiora es arquitecta. «Siempre trabajé como arquitecta y lo de ceramista era algo a nivel escultórico y más como un hobby». En su casa de Bemantes, en Miño, creó un pequeño taller, compró un horno y un torno y empezó a trabajar más y más en la cerámica. «Dediqué la primera etapa a fabricar esmaltes y después empecé haciendo objetos utilitarios». El proyecto avanzaba y su hija Camila Sánchez se unió a la cerámica: cambió su trabajo como diseñadora digital por el trabajo con las manos. Así se resume el inicio de Lamaelume, el proyecto de madre e hija en el paseo de la Dársena 22, un taller de cerámica en el que imparten cursos y talleres para todas las personas que quieran adentrarse en el mundo del trabajo con las manos.

Su taller es como un escaparate: hay una gran cristalera a través de la que se puede ver cómo moldean las figuras. Tienen clases de forma regular durante la semana y los sábados imparten talleres de iniciación «para una primera experiencia, en los que la gente hace sus primeras piezas». También organizan eventos: por ejemplo cumpleaños entre amigas en los que disfrutan creando sus propias piezas. A Patricia le encanta la docencia. Natural de Argentina, allí impartía clases en la universidad de Mar del Plata. «Se me da bien enseñar porque tengo mucha paciencia». A Patricia siempre le acompañó la cerámica: «Aunque siempre trabajé como arquitecta estudié la carrera de ceramista, es algo que siempre estuvo ahí. Después de la pandemia quise dedicarme a lo que en realidad siempre me gustó».

MARCOS MÍGUEZ

En las clases dejan que fluya la creatividad con libertad. «Aquí pueden hacer de todo, les damos las herramientas y los recursos para que cada uno desarrolle libremente». También animan a la gente a «salir de esa zona de confort y, después de varias piezas pequeñas, las animamos y motivamos a que hagan algo más grande, más complicado». Para Patricia se trata de parte de un proceso en el que cada uno va avanzando a su ritmo. En las clases a veces las alumnas interactúan unas con otras y en otras reina el silencio: «Están súper concentradas».

En el taller tienen una pequeña exposición de las piezas que realizan en Lamaelume. Tienen piezas de vajilla, de decoración e incluso joyas. Las distintas colecciones se diferencian por los esmaltes artesanales que creó Patricia. «Son el valor añadido. Pensando qué quería hacer, como estábamos conectados con el mar y la playa, hicimos una vinculación con esos elementos». De ahí salieron esmaltes que recuerdan a la arena, la tierra o el azul del mar.