El bajo de la desaparecida Casa de las Máquinas lo ocupa ahora un estudio de pilates en el que arreglan «el movimiento de la máquina más importante: el cuerpo humano»
23 abr 2023 . Actualizado a las 16:40 h.«Es un atelier para el cuerpo». Así define Lucía Rodríguez a MOB Club, su nuevo centro de pilates en A Coruña. En el número 145 de la calle San Andrés, justo en el local que en otra época (y durante casi 100 años) ocupó La Casa de las Máquinas, la tienda que reparaba máquinas de escribir, relojes y otros aparatos electrónicos, abre ahora este club personalizado de pilates. Su objetivo es casi el mismo que el del antiguo negocio: reparar máquinas, en este caso «reparar el movimiento de la maquina más importante que tenemos: el cuerpo humano».
El estreno de este espacio tan especial inspirado en el pilates más clásico creado por Joseph Pilates será el lunes. Se trata, explica Lucía, de un taller del cuerpo en el que hay distintas máquinas con las que trabajar el movimiento, como Reformer, Silla Wunda o Cadillac. «No arreglamos relojes, pero sí el tiempo, retrasando el envejecimiento de las articulaciones y dándole más años a nuestro esqueleto a través del movimiento», cuenta Lucía.
Clases individuales
El centro funcionará como un club privado en el que cada persona tendrá su propia clave para acceder. Dentro trabajarán las clases individuales de «pilates clásico en su pura esencia». «Se trata de rehabilitar el movimiento y devolver el bienestar a cada persona», explica Lucía, que asegura que «con una clase a a la semana es suficiente».
Habrá una zona de café para que los socios puedan estar descansando o usando este espacio como una zona de trabajo. «Después de cada clase cada persona recibirá una toalla con aroma a eucalipto para ponérsela en la cervical. Queremos que sientan este espacio como un refugio». Lucía está ilusionada con su nuevo proyecto en A Coruña. «Seguiremos también con el centro de Sada, allí fue donde empezó todo». Natural de Ávila y técnica de rayos de profesión, descubrió el pilates como parte de la terapia de recuperación de una operación de espalda y le cambió la vida, por lo que decidió formarse en el método pilates «para poder compartir esa experiencia transformadora». Ahora, con el nuevo centro de la calle San Andrés espera seguir disfrutando con lo que más le gusta: trabajar en su «taller» arreglando el cuerpo de otras personas para que se sientan mejor.