Ana Arufe y Marta Díaz recuperan la moda lenta y hecha a mano con su colección de prendas de lencería y complementos que reivindican el valor de lo local
03 sep 2023 . Actualizado a las 22:56 h.«Piezas únicas para momentos irrepetibles». Así es como es como Ana Arufe y Marta Díaz describen en Instagram su atelier de lencería para novia hecha a mano en A Coruña. Lo bautizaron como Nonét Atelier y con él, estas dos apasionadas de la moda, trasladaron su sueño de crear su propia marca: Nonét es una firma de prendas delicadas y con un punto preppy, de batas, camisones y pijamas de cuadros Vichy y lazadas en los hombros.
«Ana y yo estudiamos diseño de moda en Goymar hace diez años. Estuvimos años trabajando, pero sentíamos que teníamos ganas de hacer algo propio. Llevábamos un par de años sin hablar y fue a raíz de retomar el contacto en la pandemia cuando surgió la idea». Primero montaron una empresa de organización de eventos, con la que continúan. Sabían que lo suyo era el mundo de las novias. Después, dieron el salto a la lencería. Muchos patrones y pruebas más tarde nació Nonét.
Por ahora, su único escaparate son las redes sociales: venden online a través de su web y en su perfil de Instagram, @nonet_atelier, crean un universo de veranos eternos y prendas apetecibles. «Está todo hecho en A Coruña. Desde la selección de los tejidos, que nos encargamos de buscar y seleccionar en tiendas de telas de la ciudad, hasta la confección». Quieren recuperar esa tradición de las cosas hechas despacio y a medida. «Tenemos unos 12 modelos y no mucha cantidad de tejido para cada uno de ellos. Solo confeccionamos bajo pedido para poder adaptarnos al tallaje de cada persona y también para que cada uno de nuestros modelos sean más especiales».
Marta cuenta que el modelo preferido es la bata. «Le encanta a las novias para el momento de arreglarse». Entre sus clientas también hay amigas de la novia que deciden elegir una de sus prendas de lencería para regalar. «También tenemos complementos para las novias que se visten fuera de casa, como joyeros portátiles o neceseres». Sus pijamas y camisones son tan delicados como prácticos y valdrían perfectamente para sacar a la calle. «Yo misma uso algunos para ir a la playa. Cada una le puede dar el uso que más le guste».
Tanto Marta como Ana aman el mundo de la moda. «Le tengo mucho respeto», confiesa Marta, que disfruta con las prendas antiguas que le deja su abuela para inspirarse. «Tiene unos camisones de seda de los años 40 y 50 que son una maravilla, incluso uno que fue de su madre. Son piezas increíbles». De esa colección de su abuela espera que salga parte de la inspiración de su próxima colección.