Iciar Novo y Beatriz Penedo son las dos mentes inquietas detrás de este local frente a la playa de Riazor, que trae a la ciudad este plato de origen italiano que está arrasando en grandes ciudades como Londres o Madrid, y que se puede degustar acompañada de un riquísimo café de especialidad
22 nov 2024 . Actualizado a las 17:33 h.Fervellasverzas es el nombre del primer local de focaccias para llevar de A Coruña y el proyecto de Iciar Novo y Beatriz Pensado. Estas dos emprendedoras hacen honor al significado de esta expresión gallega: «Las dos somos culos inquietos». Después de vivir en Londres más de 20 años Bea y unos 15 Iciar, volvieron para su tierra natal, Galicia, y aquí empezaron a darle forma a la idea de abrir en la comunidad un espacio en el que cocinar y servir esta receta italiana de comida callejera. No empezaban de cero en el mundo de la hostelería: ambas tuvieron su propio coffee shop en Londres, en el barrio de Hackney.
Fue en su etapa en la capital británica donde Bea, natural de Tomiño, aprendió a cocinar. «Fue todo autodidacta», cuenta esta fotógrafa de formación que ahora cocina y retrata las focaccias que prepara en Fervellasverzas. Con ella está Iciar, la otra mitad de este pequeño local en el número 9 de la avenida de Buenos Aires, en Riazor, en el que también ofrecen café de especialidad del tostador gallego Singular Coffee y vinos naturales. Además, también hornean todos los días bollería artesana.
Quieren hacer una cocina de cercanía y auténtica. Todo lo que se prepara en esa cocina se elabora con mucho detalle. Bea explica por ejemplo el tiempo de elaboración de la focaccia de cordero, una de las «fav» (favoritas) del público. «El cordero lleva unas tres horas de cocción, primero el horno y después en una olla en su salsa». El resultado final está riquísimo: sus focaccias saben a mundo.
También recalca que todas las salsas con las que se acompañan las focaccias las elaboran artesanalmente en la cocina de Fervellasverzas. Ahora mismo tienen cinco variedades distintas de esta especie de bocadillos con ese pan italiano tan esponjoso, cuatro de ellas calientes y una fría. «Cambiamos a menudo la carta porque queremos hacerlas con productos de temporada. Queremos que todo sea sostenible, desde el trabajo, respetando los horarios, hasta la cocina, elaborando todos los productos, desde el asado del pollo hasta la salsa César que lo acompaña». En el local tienen una barra con unos taburetes para poder hacer una pequeña parada y tomar allí mismo las focaccias. Para los días de sol, Iciar y Bea proponen un plan infalible: cruzar la calle para disfrutar de un pícnic en la playa de Riazor con sus focaccias y uno de sus vinos naturales.