¿Es posible que en pleno mes de octubre sea más difícil encontrar una mesa en el área recreativa que en pleno verano?
11 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.¿Es posible que en pleno mes de octubre sea más difícil encontrar una mesa en el área recreativa de Beche que en pleno verano? ¿O será que vamos a tener que aprender a utilizar la expresión pleno verano hasta bien entrado el otoño, y acostumbrarnos a que los planes que no necesitan manga larga ni espacios cerrados van a durar cada vez más?
El pasado sábado, aprovechando el buen tiempo, acabamos de pícnic en Beche a la sombra de los árboles. Y es que no había una mesa, ni protegida ni expuesta al sol. Como siempre, familias y pandillas celebrando cumpleaños con manteles, globos... ¡y hasta un jamón, su jamonero, su cuchillo! Hasta para organizar una comida al aire libre hay niveles, y frente a los profesionales de la barbacoa y el jamón al corte estábamos nosotros, sentados en toallas, una bolsa de patatas fritas, bocadillos y ensalada de pasta. El sol caía a plomo, hacía calor, los niños se refrescaban en las duchas. Y se asomaban a la barandilla de madera..., pero el riesgo de caer al agua, en buena parte del embalse, casi ha desaparecido: ha bajado tanto el nivel, tanto, que ya no llega a varias zonas de juncos, y en lugar de agua hay ahora un bonito césped verde. Damos un paseo rodeando el embalse y recogemos castañas, con un calor digno de agosto, cruzamos un puente sobre lo que queda de un regato. Un poco más adelante se ven las capas de tierra oscura que antes tapaba el agua, bajando hacia la orilla, en las zonas que cubre la sombra de los árboles. Donde no hay sombra, hierba secando al sol.
¿Estos serán los veranos que recordarán nuestros hijos? Largos, calurosos, sin lluvias que obligaban a meter siempre en la maleta del veraneo un chubasquero, por si acaso.