Sara Lúa: «Mis especialidades son la merluza a la gallega y la tortilla de Betanzos»

Mónica Pérez
M. Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

BETANZOS

Sara Lúa, durante la prueba de selección de «MasterChef».
Sara Lúa, durante la prueba de selección de «MasterChef». RTVE

La coruñesa se presentó al cásting de «MasterChef» animada por sus amigos y dice que la competencia es muy alta entre fogones

21 abr 2020 . Actualizado a las 15:48 h.

Competitiva y ambiciosa, Sara Lúa Barreiro (A Coruña, 34 años), asegura que es capaz de «vender casi cualquier cosa». Después de superar el duro cásting de MasterChef (22.05 horas), su paisano Iván Mariñas la salvó de la prueba de eliminación en la primera gala del concurso de talentos culinarios.

-¿Qué la empujó a presentarse a «MasterChef»?

-¡Mis amigos! Soy muy de hacer comidas y celebraciones en casa, siempre preparo todo y la verdad es que gustaba bastante. Por eso, ellos me animaban a que enseñase mis dotes culinarias. Quizás este era el momento.

-¿Lo había intentado más veces?

-Era mi primera vez y, la verdad, ha sido una experiencia genial. Animo a todo el mundo a que se presente porque es una experiencia única, en la que conoces a muchísima gente y dedicas mucho tiempo a hacer lo que más te gusta.

-¿Le gusta la cocina gallega?

-Me encanta, ha estado presente a lo largo de toda mi vida y de hecho es la que más practico en mi día a día.

-¿Tiene alguna especialidad?

-Por lo que dicen me sale muy buena la merluza a la gallega y la tortilla sueltita, tipo Betanzos.

-¿Y lo que más le gusta comer?

-Como de todo. Mi plato favorito son los huevos fritos con patatas y pimientos rojos, los mejillones al vapor y el salpicón de marisco, pero soy de esas personas que son fáciles a la hora de invitarme a comer, porque me gusta todo.

-¿Cómo vivió la prueba de selección con la que entró?

-Pues fue un día de locos. Nos fuimos a Madrid mis mejores amigos, mi novio y yo. Estaba atacada, el plato lo había hecho varias veces, pero al final siempre te puede pasar algo y, de hecho, la teja la tuve que hacer varias veces porque se rompía. Se me quedaba pegada a la sartén, se quemaba… Y sin teja el plato no decía nada. Por fin, en el último momento me salió. Lo pasé fatal.

-¿Con qué expectativas entró?

-Con ganas de aprender mucho y vivir esta gran experiencia, soy curranta y perfeccionista. Quiero dejar a Galicia en buen lugar y demostrar que puedo estar detrás de las cocinas de MasterChef.

-¿Le gustaría dedicarse profesionalmente a la cocina?

-Cuando era pequeña mi sueño era tener una casa rural pequeñita con un restaurante espectacular, con buena música y muchas obras de arte. A veces los sueños se cumplen.

-¿Cómo describiría a los tres jueces?

-Samantha Vallejo-Nágera es una luchadora, curranta, divertida y madraza. Jordi Cruz es innovador, tímido, perfeccionista y súper buen profesor. Pepe Rodríguez es entrañable, perseverante, amistoso y gran cocinero.

-Este año se han presentado al cásting más de 30.000 personas, ¿notó mucha competencia?

-La competencia era altísima, había gente con unos platos espectaculares, dignos de restaurantes con estrella Michelin. Había alguno que hacía esferificaciones ya en el cásting y que emplataba de maravilla. En el de Sevilla, probé muchas elaboraciones buenísimas y súper diferentes.

-¿Qué sintió cuando la salvó Iván, el otro concursante gallego?

-Sinceramente, sabía que Iván si podía me iba a salvar. Me quedé tranquila, respiré de nuevo y me puse súper contenta. Iván y yo tenemos una relación genial, somos los dos de A Coruña, más o menos de la misma quinta y hacemos una cocina parecida. Es un tío genial y hemos creado una bonita amistad.

-¿Cómo resume la experiencia ?

-Está siendo fabulosa, con momentos de todo tipo: locos, mágicos, divertidos, intensos... Podría poner mil palabras, pero lo que tengo clarísimo es que volvería a vivirla mil veces más.