Ramón Cao Sieira, el último gran presidente del Ciudad Jardín

A CORUÑA CIUDAD

Las víctimas mortales del accidente de Outes
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Llevaba más de tres décadas al frente del club coruñés, siendo uno de los dirigentes más veteranos de la ciudad.

06 ago 2019 . Actualizado a las 02:07 h.

Nacido en A Picota seis décadas atrás, el nombre de Ramón Cao Sieira se identifica desde hace más de tres lustros con la calle Barcelona de A Coruña. En un bajo de esta rúa peatonal se encuentra el Ciudad Jardín, uno de los humildes clubes del fútbol modesto coruñés. Moncho, como lo conocía todo el mundo, era el presidente de la entidad. El hombre que tiraba del carro en las duras y sonreía en un segundo plano en las maduras.

Prejubilado de la marina mercante, el Ciudad era su vida. «Pasaba las tardes en el club. Y, como suele pasar en estos casos, hacía de todo». De convencida ideología socialista (era miembro de la asociación Perfecto Sande) llevaba su pensamiento hasta el club en forma de trabajo diario. Igual pintaba una línea de cal, que transportaba jugadores... Sus más de quince años al frente del club verdiblanco sirven para testimoniarlo. También fue dirigente durante varias temporadas de la AFAC (Asociación de Fútbol Aficionado Coruñés).

Sociable. Cariñoso. Dialogante. Cercano a los niños. Barral, extécnico del Ciudad Jardín y padre de jugadores del club, lo recuerda así: «Lo conocí cuando mis hijos eran prebenjamines y entraron en el club. Desde entonces, me unía una buena amistad con él. Recuerdo ir muchas tardes al bar del Ciudad y echar allí horas hablando de mil cosas. Vivía el fútbol como pocos. Él me dio la oportunidad de ser entrenador», explica antes de añadir: «Ahora que ya no estaba en el Ciudad, seguía llamándome cada semana para interesarse por mí. Es una gran pérdida para el fútbol coruñés».

Juan Luis Villamisar, presidente del Imperator y vicepresidente de la federación gallega de fútbol, lo recuerda como un histórico del balompié herculino: «Era todo un veterano. Llevo  yo diez años en el Imperator y ya era de los que llevaban un tiempo. Era una persona muy trabajadora. Colaboraba con la AFAC e hizo un gran trabajo tanto allí como en el club».

Con este vecino de A Picota afincado en el popular barrio coruñés del Ventorrillo se va una de las últimos nexos del fútbol modesto coruñés con la humildad de los barrios. «Tuvo éxitos deportivos, pero nunca le obsesionó destacar. Yo metía presión y él siempre me decía: 'Barral, no te olvides de que somos el Ciudad Jardín. Lo importante son los chavales'», recuerda su entrenador y amigo.