Sonrisas multimillonarias «made in» Galicia

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

cedida

GY Jewels, empresa del vigués Pedro Fernández Cordón y el coruñés David Cortón, diseña fundas dentales y piezas de alta joyería en oro y diamantes. Tienen como clientes a estrellas del deporte y la música

04 mar 2022 . Actualizado a las 01:06 h.

Al vigués Pedro Fernández Cordón siempre le atrajo el mundo de la joyería. Con el tiempo, su afición al rap de estética bling bling, de joyas gigantes que apasionan a estos artistas le abrió un camino que en España estaba por explotar. Acercarse a ellas de forma profesional fue una oportunidad única que vino de su encuentro providencial (primero como cliente, después amigo y más tarde socio), con David Martínez López Cortón, un protésico dental de 35 años, nacido en A Coruña y con laboratorio en la ciudad herculina. Él había comenzado hace cinco años un proyecto empresarial bautizado como G Grillz by David Cortón que aunaba ambos sectores y se aliaron hace tres años con la marca GY Jewels.

David Cortón trabajando una pieza.
David Cortón trabajando una pieza.

Esa fusión de saberes —la alta joyería y la fabricación de piezas dentales— coincidía en los grillzs, que son fundas para los dientes cubiertas de oro o brillantes, moda surgida en los 80 de la mano del hip hop que sigue haciendo furor y regresó con fuerza hace un lustro, sobre todo entre celebrities, estrellas de la música y del deporte, desde Madonna a Rosalía, Chris Brown, Bad Bunny, Miley Cyrus, Kanye West o Katy Perry. En el caso de GY Jewels, empezaron con joyas de plata y ampliaron su negocio de piezas, anillos, colgantes, pendientes... todo realizado en oro y diamantes. «Al encontrarme con David empecé como loco a aprender a diseñar porque me apasionó y ya tenía en mente cómo hacer crecer el proyecto. Mi padre, además, trabaja con máquinas 3D y mi primera formación fue a su lado», cuenta el joven de 26 años desde Mánchester, donde esta semana cierra ventas de joyas con jugadores del Manchester United y el City. «El éxito nos sorprendió y avanzamos tan rápido que no dábamos abasto, así que contratamos a un equipo de profesionales con mucha experiencia, que es el con el que trabajamos siempre», explica. «Nuestras oficinas en A Coruña y Vigo son batcuevas particulares, no están abiertas al público. En realidad es en el taller donde se hace todo. Una vez que nos contactan a través de redes sociales o de otros clientes, hacemos las piezas tal como nos piden, eligiendo de catálogo o el diseño específico que deseen, se prueban y si está a su gusto, se efectúa la entrega. Es un servicio VIP», subraya.

Pedro explica que el hecho de que su socio sea protésico dental es importantísimo para la salud bucal. «Los grillz son seguros si los hace un profesional, porque hay gente en el mercado que no lo es y hacen cada cosa que asusta. Son fundas que a mayores de su estética, del adorno que llevan, debe encajar perfectamente, no molestar al diente en ningún sentido y no tocar la encía nunca, entre otras cosas», advierte.

El diseñador, cuya pieza favorita es una joya con forma de Lamborghini que hizo para un empresario, cuenta que tienen dos vías de gestionar encargos de grillz. «O les enviamos un molde de silicona para hacerlo en casa y mandarlo de vuelta, o el cliente se pone en contacto con un dentista para que se lo haga. Podríamos hacerlo nosotros, pero legalmente un protésico no puede tocar una boca», aclara añadiendo que los grillz son de quita y pon. Se sujetan y sueltan como cualquier funda y hay que mantener una buena higiene, lavándolos cada vez que se usan y no dormir con ellos.

Un collar en Mask Singer para el disfraz de cocodrilo de Bertín Osborne

Pedro Fernández está orgulloso de haber pasado cientos de horas aprendiendo de su padre, y asegura que la admiración del clan familiar es mutua. En GY Jewels no solo crean piezas únicas, son también proveedores de marcas de alta relojería. Aunque tiene clientes de muy alto poder adquisitivo, asegura que no hay que ser millonario para acceder a sus trabajos. «Los grillz más baratos cuestan 90 euros y los más caros, 45.000 y más allá si jugamos con diamantes gigantes o diamantes rosas. El oro, lo mismo, desde menos de mil euros por una cosa pequeña, a una buena cadena de oro y diamantes de 20.000 euros hasta el infinito», reconoce añadiendo que es y sigue siendo «una buena inversión, un valor seguro». La puesta en marcha de un negocio de alta cualificación era una de sus mayores preocupaciones para que no les dieran gato por liebre. Eso les llevó a ponerse las pilas buscando proveedores fiables en un mercado y un gremio muy hermético. Usan solo piedras naturales y con la certificación laboral ética y de sostenibilidad. Entre sus clientes se cuentan jugadores del Celta como Brais Méndez o cantantes como Lola Índigo. Para el concurso Mask Singer hicieron una joya en colaboración con un buen amigo del gremio, Miguel Ángel Cimadevila. «La llevó Bertín Osborne disfrazado de cocodrilo», recuerda.