Antonio Reboredo: «Con 15 años murieron mis padres adoptivos y cambió mi vida»

Charlamos en una mesa alta de su local. Estamos solos al lado de una cava que madura a poco más de un grado lubinas, sargos o xardas. Rebo habla con pasión de estos peixes que convierte con maestría en niguiris. Es una persona a la que no hace falta preguntarle muchas cosas, él te cuenta todo seguido y sin filtros. Intento apuntar todo en la libreta. «Con 15 años murieron mis padres adoptivos y cambió mi vida. Mi madre, que tenía la tienda de calzados Marta, falleció en un accidente arrollada por un camión, y mi padre se quitó la vida poco después. Yo nací en Santander, pero me adoptó esta familia de A Coruña que era de clase acomodada. Hace unos siete años conocí a mis hermanos biológicos y la verdad es que nos parecemos bastante. Siempre fui consciente de que era un niño adoptado y sentí lo que vi en un documental de Informe semanal, la llamada de la sangre. Pero con 15 años quedarse huérfano es muy duro. Pasé por momentos difíciles», relata Antonio José Reboredo Marta, al que todos conocen por Rebo, Tonecho o Arochena, por el apellido de su padre. Tiene 45 años, los últimos 21 al lado de Naiara, a la que conoció cuando trabajaba de camarera en la mítica discoteca Amnesia de Ibiza, y dos hijas de 12 y 8 años. Tiene una familia con la que se siente feliz y varios negocios que empiezan a respirar tras unos años difíciles. La de Rebo es una historia apasionante. 

Un cuchillo y una tabla azul

Tras muchos años viajando por el mundo se instaló en A Coruña. Recuerdo a la perfección el día que se convirtió en la primera persona en elaborar sushi en directo en el mercado de la plaza de Lugo con sus brazos llenos de tatuajes. «Utilizaba un cuchillo y una tabla azul. Lo monté con Álex Seoane. Creamos la marca Kaori que sigue funcionando en el mercado, en El Corte Inglés, para cáterings y trabajamos para las principales empresas de bodas. Estamos en todos los pazos destacados. El obrador lo tenemos en Monte Alto. Utilizamos básicamente arroz y pescado que nos suministra la empresa Balfegó y Pescados y mariscos R. Souto del muro de A Coruña. Desde que empezamos hasta ahora tuvimos problemas, creo que por ignorancia, y acumulamos una deuda importante. Ahora estamos al final de este proceso y con mucha ilusión», asegura con tranquilidad. «Oye, no pongas una entrevista muy triste, siempre alegres, ¿no?», me dice. Tiene razón, vamos a hablar de cosas ricas. 

Sushi y caviar

Con la colaboración de la prestigiosa marca de caviar Calvisius, la cerveza Asahi y Atlántico cocina nómada organizó una cena en su local Caballa 14, en la calle Orillamar 12. Es una taberna japonesa en la que apuesta por los pescados madurados siguiendo las normas de conservación más estrictas y en la que también se puede degustar el citado caviar. Dice que su idea es repetir este tipo de experiencias y colaboraciones «Estamos muy contentos. Yo aprendí a hacer sushi en varios lugares. En Ibiza trabajaba en un restaurante de 2.800 metros cuadrados al que acudía gente de poder adquisitivo muy alto. Se preparaban sushis sin escatimar en nada, y empecé a utilizar productos de primer nivel. Recuerdo que ofrecían varias cartas a la clientela y en una de ellas ponía Rebo sushi more. Antes había empezado en el Tempura. Hubo un momento que se quedaban sin cocinero y me puse yo. Se me dio bastante bien», recuerda. En un viaje a Japón fue de restaurante en restaurante y de taberna en taberna para comprobar si lo que él hacía estaba bien. Una vida compleja, con muchos altibajos, con momentos duros que se le fueron acumulando, pero ahora se le ve feliz con su familia, amigos y su apuesta por Caballa 14. Niguiris de cigala con panceta, de chutoro y lubina, de Angus y foie o una ensaladilla diferente que cada vez tiene más fans. Una tarde con Rebo da para mucho.

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