En el gesto de ayer de Xulio Ferreiro se percibe algo de emulación del regidor vigués Abel Caballero. Este se agarró hace algo más de un año del brazo del presidente de la Xunta para sacar adelante la enquistada Área Metropolitana del sur. Ferreiro quería hacerlo abanderando un unánime respaldo de los alcaldes. Es una lástima que la convocatoria de la denominada Declaración de María Pita deje un regusto a intento de ensombrecer fallos en la gestión de los asuntos de la ciudad, algunos clamorosos como la pérdida de los 15 millones de euros de la UE. Mucho mejor le iría a la ciudad, y a la comarca de la que debe tirar como locomotora principal, si tomase los pasos del alcalde de Vigo en otros aspectos. Si así fuese, a estas alturas las obras que precisa con urgencia la cubierta de Riazor estarían avanzadas como las de Balaídos. O el aeropuerto de Alvedro creciendo a ritmos de más de 30 %, como Peinador, que atrae líneas y viajeros con ayudas del ayuntamiento.