El argentino no pierde la esperanza de que el Deportivo le ofrezca la renovación de su contrato
18 may 2017 . Actualizado a las 10:27 h.Faltan pocos días para finalizar la temporada y para que los futbolistas hagan las maletas para partir hacia sus respectivas localidades de procedencia. Uno de ellos es Germán Lux, que aguarda para coger un avión que lo traslade junto a su familia a Argentina. Y, una vez más, el portero abandonará A Coruña sin conocer qué le deparará el futuro. Seis años después de aterrizar en Alvedro, el Poroto se resiste a tirar la toalla de seguir en el Dépor. Lamenta que el club todavía no lo haya llamado para renovar, pero entiende que «en el fútbol no hay cabida para el sentimentalismo y está en su derecho». Ahora bien, su intención la deja clara: «Llevo diciendo desde enero que quiero seguir. Lo sabe la afición y lo sabe el club. Ahora deben decidir», subrayó.
Porque Lux lo tiene claro. A sus 34 años, cree que todavía tiene unas temporadas al más alto nivel y desearía jugarlas en el Deportivo. Más allá de lo que pueda aportar en el campo, se considera uno de los líderes del vestuario, y entiende que esa faceta también ha de ser valorada a la hora de ofertarle la renovación. No obstante, insiste en que cualquiera que sea la decisión del club le parecerá aceptable.
Sin reproches
«El fútbol se maneja como se maneja. Hay cosas que no se pueden hacer con la antelación que nos gustaría. No tengo ninguna queja. Ellos tienen su forma de manejarse y yo las mías, yo me vendo dentro del campo, los jugadores se venden en el campo, no fuera, no hablando en un micrófono o en redes sociales, la verdad está en el campo, es donde un jugador vale y se gana su respeto. Esperaremos a ver si el Dépor está interesado en que continúe y ver si se puede llegar a un acuerdo», explica.
El tiempo se echa encima y reconoce que le gustaría marcharse de vacaciones teniendo una invitación a quedarse o un mensaje de despedida. Ninguna de las dos cosas ha sucedido hasta el momento. «A cualquiera le gustaría conocer su futuro. Hay muchas cosas que se ven afectadas: la familia, la mudanza, las maletas... Todos quisiéramos tener una vida estructurada, aunque es cierto que sería bastante aburrido (sonríe). Lo tengo claro. Me gustaría tener resuelto mi futuro por dos o tres años más, pero desgraciadamente no es así», expresó antes de casi emocionarse al pensar en sus hijos. «Están mis hijos. Uno nació aquí. Van al cole. Están felices... Pero de esto prefiero no hablar porque me provoca nostalgia y tristeza».
Su futuro es una incógnita tanto para él como para el Deportivo. El club todavía no ha tomado una decisión acerca de si le ofrecerá o no la renovación. Hay división de opiniones, entre los que consideran que puede aportar estando una temporada más y aquellos que entienden que es el momento de que diga adiós. De hecho, el año pasado, cuando amplió su vinculación por un año, estaba apalabrado hacerlo por dos, pero finalmente fue el propio futbolista el que apostó por una temporada y ganarse la otra en el campo. «Siempre he confiado en mí y lo sigo haciendo», repite el campeón olímpico cada vez que se refiere a eso.
Y lo que es en el terreno de juego, su final de temporada ha demostrado que todavía le queda cuerda. Tras un inicio dubitativo, en el que sin grandes fallos, careció también de destacadas actuaciones, Garitano lo reemplazó y dio oportunidad a Tyton. Pero el polaco no fue lo esperado y, poco antes de su destitución, el vasco le dio otra oportunidad. Desde entonces, cuajó sus mejores resultados, volviendo a ser ese portero que da puntos.
Se considera un líder
Pero él también cree que da puntos dentro del vestuario: «Me conocen bien, soy uno de los capitanes, uno de los referentes del vestuario porque desde que llegué me brindé al máximo por este escudo, lo seguiré haciendo mientras esté y veremos lo que pasará más adelante», subrayó durante una comparecencia de prensa que confía en que no sea la última como deportivista. Todo dependerá de si hay o no renovación, puesto que el sábado no podrá medirse al Las Palmas, al estar sancionado.
Y en calidad de capitán, Lux hizo balance de una temporada, que lamenta no haya sido mejor y de los errores que pudieron haberse cometido: «Hemos pasado por diferentes momentos, desde la marcha de Lucas, que es un poco donde empezó esto al cambio de jugadores en el mercado, de entrenadores también, de hablar de malos momentos, de rachas muy negativas. Sabemos que hemos hecho una mala temporada, las expectativas al principio eran otras, no las cumplimos. Cada uno debe mirarse a sí mismo, tanto nosotros los jugadores, como cuerpo técnico y club para que estas cosas puedan cambiar», subrayó el futbolista que entiende que existe una deuda con la afición, «que es esa que siempre estará ahí». Y fue más allá: «Pasan los jugadores, los presidentes, los entrenadores, los directores deportivos... Pero la afición siempre está ahí y hay que darlo todo y respetarla al máximo», apostilló el todavía guardameta blanquiazul.