
Hace unos días se inauguró un mural que reproduce dos de sus obras en el lugar donde solía comer
22 ene 2018 . Actualizado a las 18:08 h.Recuperar y sacar del cajón la figura de Urbano Lugrís. Un propósito que se marcaron hace cinco años el colectivo literario In Nave Civitas y la asociación O Mural. En este tiempo han conseguido reproducir algunas de las obras más significativas del artista en diferentes localizaciones de A Coruña, como la plaza de José Sellier, el Eusebio da Guarda o la calle Mantelería. Desde el colectivo procuran cada mes de diciembre, coincidiendo con la fecha del fallecimiento del artista, presentar una pintura nueva. Y este año decidieron que el paso del pintor por Culleredo no podía quedar en el aire.
Hace unos días inauguraron en Vilaboa el último de los murales que han realizado en su honor. Concretamente reprodujeron Mariñeiro en botella e Illas Cíes, dos obras del artista, que falleció hace ya 44 años. El lugar elegido fue la calle Conduzo, donde se ubicaba la antigua Casa Rumbo y donde habitualmente comía el pintor.
Consenso con las obras
Después de solicitar los permisos a los actuales propietarios del edificio, que no pusieron ninguna pega, acudieron al Concello de Culleredo, que también ofreció toda su colaboración para llevar a cabo este primer homenaje a Lugrís en Culleredo. El mural es obra de KSE, que ya había firmado otros en A Coruña. La elección de las obras para plasmar en espacios públicos se hace de manera democrática, y suele haber consenso fácilmente.
«Nós queremos visualizar, dar a coñecer, moito máis do que está, a obra de Urbano Lugrís, que está bastante aparcada. E un dos xeitos é con murais, ademais de darlles un pouco de vida a certas paredes. Entón este ano pensamos en Vilaboa. Xa levabamos varios anos querendo facer algo aquí, máis que nada para dar a coñecer o patrimonio que hai na zona e o seu paso por Culleredo», explica Teresa Ramiro, una de las impulsoras de la iniciativa. Se refiere a los frescos que el artista coruñés realizó en el parvulario de la iglesia de Vilaboa. «Todos están de acordo en que as pinturas deben restaurarse e ser ben de interese cultural. Estas son as únicas pinturas infantís que existen de Lugrís. Están deterioradas, pero para levar cincuenta anos abandonadas están bastante ben. Eu non entendo diso, pero creo que non é tan custosa a reparación. Son unhas pinturas moi pedagóxicas, está o alfabeto nemotécnico, hai diversas faunas, hai un circo, figuras xeométricas, xogos... o día a día dos cativos, as ensinanzas. Unha preciosidade e unhas cores...», señala Teresa.
En un año, en Bueu o Vigo
Con el 2018 recién estrenado, los miembros del colectivo ya han puesto la vista en otra iniciativa para dentro de 12 meses, cuando está previsto que repitan la actividad. Esta vez el objetivo es llevar la iniciativa a Bueu o Vigo.