El Concello considera que el estado del inmueble es un riesgo
30 dic 2020 . Actualizado a las 13:42 h.El último temporal, la borrasca Bella, ha hecho mella en la casa Carnicero, un inmueble que fue pasto de las llamas el pasado julio. Una pared interior cayó el domingo debido al viento, acelerando con ello la decisión de su demolición. Esta edificación fue en su día un símbolo de A Pasaxe, pero la pérdida de la cubierta debido al fuego hizo que en estos últimos meses se acelerase su deterioro.
Desde la semana pasada esta edificación es ya propiedad del Concello, que negociaba con los propietarios una cesión gratuita en el momento del incendio, pero la paralización de trámites debido al confinamiento retrasó la operación. El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, anunció ayer que este miércoles comienza el derribo de un inmueble que ha quedado convertido en ruinas, ya que perdió toda la carpintería interior y solo quedaron las paredes. Aseguró también que el estado de esqueleto supone un riesgo ya que se encuentra pegado a la carretera N-VI, junto a un puente, el de A Pasaxe, por el que circulan unos 90.000 vehículos al día de media, y por ello anunció que tal como estaba previsto se demolerá.
El futuro de este inmueble ha generado polémica desde que los informes técnicos municipales recomendaban su demolición, ya que había voces que consideraban que se debía recuperar. El arquitecto Alberto Fuentes-Valcárcel había trasladado al COAG un informe para conseguir unir fuerzas y que se preservase. «Le hemos dado suficientes argumentos para que la mantenga en pie», indicaba asegurando que se trasladaría a Patrimonio la petición. El arquitecto y urbanista Carlos Henrique Fernández Coto, había considerado recientemente que era urgente preservar los vestigios. Había señalado que si bien que el incendió restó parte del valor de la casa Carnicero, queda parte de su singularidad: «Perdeuse a autenticidade arquitectónica, pero podemos manter a autenticidade urbanística», sostuvo.
Sin embargo, el regidor no dejó resquicio para una solución de ese tipo y, tras defender el papel del Concello en la defensa del patrimonio, dijo que lamentablemente hay que tomar esa decisión para «evitar calquera desgracia que poda haber », debido a la delicada situación en la que han quedado los restos de la construcción diseñada por el arquitecto Rafael González Villar y construida en 1916.