Los vecinos de O Xunqueiro se preparan para otro invierno de derrumbes

Antón S. Rodríguez OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Toni Silva

Critican a las Administraciones por no intervenir en este rincón de Oleiros

08 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Oleiros anunció recientemente una inversión de 60.000 euros para acabar con una especie invasora en el Monumento Natural de la Costa de Dexo-Serantes, añadiendo que esta planta (Helichrysum petiolare) también era muy común en la zona de los faros de Mera. Pero los vecinos de este lugar, denominado O Xunqueiro, y ubicado en el abrupto recorte de la costa, ven prioritaria otra inversión que no llega y que afecta a su propia seguridad. Porque aquí siguen esperando el próximo desprendimiento de rocas sobre la playa y el camino al arenal con la misma firmeza con que los vecinos de San Francisco hacen cuentas para el próximo terremoto.

El desgaste de la costa es irreversible y los residentes se quejan de que ninguna Administración haya hecho nada desde febrero del año pasado, cuando unas grandes losas se derrumbaron sobre las barcas ubicadas en la bajada a la playa, lo que cortó el camino durante varios días. Ahora, desde este punto se ven las raíces al aire, otro síntoma del desgaste del terreno. «Hemos visto a operarios del Ayuntamiento cortando el césped de la zona central, pero obras de calado para frenar esto, en absoluto», señala Adriana Cortés, una de las vecinas más beligerantes contra la pasividad de las Administraciones. El Concello de Oleiros dice que este problema es responsabilidad de la Demarcación de Costas y esta, en cambio, remite al Ayuntamiento.

Lo que sí se observa es que la zona del césped parece más firme que el año anterior, cuando cada paso provocaba un leve hundimiento, como si se caminara sobre una superficie porosa. Ahora se observan muchos puntos de relleno de tierra, si bien para los vecinos son parches que se irán con las lluvias y los temporales de invierno.

Nada ha cambiado en la parte alta de la Rúa Gaivota, donde la oxidada valla metálica ya ha caído fruto de la erosión de este acantilado, donde más que elementos de seguridad, lo que se han colocado son piezas de aviso para que los coches no se arrimen: dos conos y tres biondas. Sin refuerzos extras en este punto o en la bajada a la cala, los vecinos dan por hecho que los próximos temporales le darán un nuevo bocado a esta esquina de Mera.

Durante el verano también han sido testigos, un año más, de cómo esta zona de dudosa estabilidad, asumía el peso de numerosos vehículos de personas que acudían a bañarse a esta cala o pasear hasta los faros de Mera, huyendo de Espiñeiro donde es mucho más complicado aparcar.

Los vecinos temen ejemplos muy cercanos geográficamente como la playa de O Regueiro, en Bergondo, donde el mar desgastó decenas de metros en fincas en muy poco tiempo con el trabajo de los temporales. Esta fachada ha tenido que ser resguardada por grandes bloques para frenar su erosión.