
La combinación de utilidad y diseño busca crear ambientes alrededor de la magia de mirar el fuego
11 nov 2022 . Actualizado a las 09:38 h.Sentarse a mirar el fuego tiene algo de tribal, de evocador. El baile de las llamas, reales o aparentes, provoca una cierta hipnosis, un despertar a mundos oníricos de quienes las miran. «La leña tiene un componente generador de ambientes, de poder ver el fuego», afirma Esteban Otero, gerente de Chimeneas Cide. En esta empresa con sede en Perillo (Oleiros) llevan más de 30 años trabajando en «todo lo relacionado con el fuego», sobre todo en la instalación de chimeneas.
Cuando se trata de hacer frente al frío o afrontar un invierno con tantas dificultades como las que se pronostican para este, la posibilidad de contar con una chimenea está en la mente de muchos, sobre todo cuando la residencia es una vivienda unifamiliar. Claro que en el caso de Cide no se trata solo de dar calor a los usuarios sino de conjugar esa utilidad con el diseño más adecuado para cada espacio.
Otero va desgranando las múltiples posibilidades que ofrece el mercado actual y entre ellas están desde la chimenea colgada en medio del salón a la instalada en el exterior de la vivienda, algo que «de momento en Galicia no tiene mucha demanda pero en otros sitios es habitual».
Menciona asimismo las de gas, que este experto sitúa como de alta gama; de ellas destaca que son totalmente automáticas y tienen «una llama muy vistosa». Lo mismo ocurre con las chimeneas eléctricas, que tienen demanda por parte de los usuarios a pesar del precio al que está la electricidad, pero que en muchas ocasiones se instalan como una opción decorativa ya que «genera visualmente un ambiente cálido» e incluso permite la proyección de hologramas o incluir un calefactor con aire caliente para usar en momentos determinados.
El bioetanol es otra opción para utilizarlo como combustible de calefacción en un tipo de chimeneas que «llevan quemadores dentro del hogar que se llenan de bioetanol y la intensidad del fuego se puede ir regulando».
Insiste Otero en que «el componente decorativo es muy importante» y también el tecnológico. Así, una caldera con pellets puede estar programada «es más práctica, más cómoda». Ese control tecnológico es mucho menor cuando se utiliza leña. Estos dos combustibles han experimentado un notable aumento de precio, que en el caso de la leña es debido, según detalla, a la repercusión del incremento de las tarifas del transporte y en el de los pellets al aumento de los costes de fabricación; en este último, la subida ha sido «un poco más elevada».
Las briquetas, un material elaborado mediante la compactación de serrines y virutas, es otro combustible empleado para las chimeneas y considerado, al igual que la leña o los pellets, un producto cien por cien ecológico y renovable. A la hora de instalar una chimenea, «la de leña es más fácil, aunque el diámetro de salida de humos es un poco mayor que la de pellet». El almacenaje es otro de las elementos diferenciadores ya que los sacos de pellet se pueden adquirir.
De todos modos, Otero destaca la necesidad de ver cada vivienda y analizar las necesidades de la misma antes de poner una chimenea. Y, aunque en esta época no es el momento, lo mismo ocurre con otra de las actividades de esta empresa como es la instalación de hornos de leña o barbacoas, tareas que forman parte de eso que decía de trabajar con «todo lo relacionado con el fuego».