Yema: Platos llenos de contrastes para viajar con el paladar a cualquier hora del día

Con una propuesta «divertida, desenfadada y diferente», Pepe García-Peñuela lleva desde noviembre ofreciendo la posibilidad de viajar con el paladar a todo cuanto se acerca a la cafetería Yema, un establecimiento con ciertas particularidades en la zona del mercado de San Agustín, ya que desde la plaza del Humor da la sensación de ser un primer piso cuando en realidad es un bajo de la calle Plaza. El trabajo lo llevó por Madrid, Barcelona, Londres o Ginebra, y con sus viajes personales recorrió diferentes latitudes de Latinoamérica, sudeste asiático o la India. Los platos que salen de la cocina de Yema tienen un poco de aquí y de allí, de su bagaje. Son propuestas llenas de contrastes, con un sabor muy personal y que no dejan indiferente a quien los prueba. «Soy de los que viaja con la boca abierta, pero era hora de parar. Vi que era el momento de apostar por uno mismo y atreverme a ponerme al frente de una propuesta gastronómica propia», resume. 

La carta cuenta con una selección de platos para los diferentes momentos del día. Los huevos turcos son el éxito de los desayunos. Se sirven escalfados, con una salsa de yogur aliñada con ajo, sal y pimienta, y un aceite de chile. «Utilizo habanero rojo, blanco, chili naga…», explica. Y aunque en todos ellos el picante se deja notar, el yogur hace su función y consigue rebajar la intensidad para hacerlo apto a casi cualquier paladar.

El calamar con panceta y alioli de perejil, los dedos de yuca y langostinos con jengibre y lima no fallan. El bacalao dorado con noodles somen merece una prueba. Lo marina en miso, mirin y albariño y se acompaña con un caldo dashi y fideos, aunque puede que en breve opte por reconvertirlo en un plato seco.

Porque aunque solo lleva dos meses abierto, el cocinero y propietario apuesta por la rotación en la carta que, por un lado permitirá al cliente descubrir nuevos sabores, y hará que él no caiga en el aburrimiento en los fogones.

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