Así era comprar juguetes en la calle Real de A Coruña en los años 50: «A quien le regalaban una bici era de familia pudiente»
VIVIR A CORUÑA
La céntrica vía coruñesa era la zona cero de los bazares donde los niños jugaban con organillos o con un dóberman que ladraba si se le tiraba de la cola
15 dic 2022 . Actualizado a las 12:00 h.La Navidad sigue manteniendo la misma esencia que en los años 50, que es la de regalar y hacer más felices a los más pequeños de la casa. No obstante, las diferencias cada año son mayores. Primero porque ha aparecido un tal Papá Noel que cada vez gana más protagonismo. Y que los regalos que se dan no solo han cambiado, sino que se han multiplicado fruto de la actual sociedad consumista. «Los niños de ahora no lo valoran tanto», dice Vicente Iglesias Martelo, coruñés y autor del libro La calle Real coruñesa, que hace un repaso de los negocios emblemáticos de la vía.
Martelo nació en el año 1945 y en ese momento ya se encontraban todos los bazares y jugueterías que recoge en su obra. Una larga lista de establecimientos que ya han cerrado y que eran: El Brillante, Bazar de Escudero (luego Bazar Freijido), Bazar de la Industria, Bazar Inglés, La Gran Bretaña, Bazar Otero, Bazar Estrada, Madame X (luego Exclusivas Sáez), Bazar del Siglo XIX y Bazar de Pepe.
De esta larga lista de locales falta el Bazar Moya, que es uno de los que más recuerda Vicente porque tenía los juguetes «más bonitos y sofisticados». Y, en concreto, le viene a la cabeza el organillo que había en la entrada (imagen que ilustra este artículo) porque era donde los niños pasaban grandes momentos tocándolo. Además, también le viene a la memoria un dóberman que ladraba si se le tiraba de la cola. Asimismo, también recuerda el bazar que había frente a Moya, Estrada, que tenía juguetes más modernos como trenes eléctricos o los fuertes de indios y vaqueros. Y al Bazar Freijido, que era el que tenía en la puerta un rey mago con un buzón «donde los niños echaban las cartas y era una cosa muy típica de la época».
Los mencionados eran algunos de los juguetes de la época y los que recuerda Vicente, pero el que más tiene en mente son las bicicletas porque él no tuvo ninguna. En la actualidad es un regalo básico e incluso barato, pero que en los años 50 solo lo conseguían algunos niños y nada tenía que ver con su comportamiento. «Los niños con familias más pudientes estrenaban bicicletas el día de Reyes», recuerda Vicente. «Los otros pedíamos jugar con la bicicleta del amigo», añade. Los juguetes que Vicente sí tuvo de pequeño fueron una espada de espadachín y una pistola que disparaba un corcho.
Los cierres de los míticos bazares de juguetes de A Coruña
El cierre de alguno de este tipo de establecimientos ha sido más reciente de lo que pueda parecer. Así, el Bazar de Pepe, abierto en 1929, bajó la persiana en el año 2018, pero ya reconvertido en una tienda de láminas y cuadros. La razón del cierre se debió a que los propietarios del edificio lo vendieron. Lejos queda el gentío de clientes, sus míticas muñecas, o la expectación de los niños mirando el escaparate.
Más de una década antes ya había cerrado el Bazar Freijido, tras 82 años de historia. Como se mencionó, mítico era su rey mago pero también su máquina registradora de toda la vida, que funcionó hasta el último día. De hecho, en esos días antes del cierre los clientes acudieron a adquirir las últimas reliquias. Lo cierto, este establecimiento contaba con un surtido de productos que no tenían otras tiendas. Además, eran especialistas en puzles.
Y el último de los míticos bazares de la calle Real, Catina, cerró este mismo año. No era estrictamente una juguetería, pero sí se podía encontrar un amplio surtido de disfraces de Carnaval de todo tipo. Y tenían una amplia selección de juguetes de marcas de toda la vida como Educa, Famosa o Playmobil. Artículos que compartían espacio con elementos decorativos y suvenires como muñecas de sevillanas, vajillas de Galicia o torres de Hércules.
Las jugueterías de toda la vida que siguen sobreviviendo
Las tiendas de jugueterías, como otro tipo de establecimientos de pequeño comercio, han visto como los regalos de Papá Noel y de los Reyes Magos venían de la mano de las grandes superficies o del fenómeno de la compra online. Sin embargo, en la ciudad de A Coruña todavía queda algún establecimiento que mantiene un catálogo de juguetes «que no se ve en los anuncios de televisión», dicen desde la juguetería Porvenlandia. Así, uno de los productos más destacados de esta tienda del número 2 de la calle Estrella son las muñecas, que copan el escaparate. Además, tiene una amplia selección de Playmobil, una marca más comercial pero que casi es retro dentro de un mundo donde cada vez priman más los regalos tecnológicos.
Más tradicional es la juguetería Didó (Fernández Latorre, 1), que hace las delicias de los padres que quieren un regalo educativo o manual para sus hijos. Así, desde el establecimiento cuentan que venden durante todo el año, pero que en épocas como esta, Papá Noel y los Reyes Magos se animan con «juguetes más grandes como las casas de muñecas y las cocinas». La madera y la artesanía son las claves de este negocio, que abrió en el año 1977, un año antes que Porvenlandia, y también se enorgullecen de tener un catálogo que no se pueden encontrar en otros establecimientos.