El caso de la primitiva millonaria sin dueño de A Coruña: el boleto de los 4,7 millones de euros que se quedó en un cajón

L. G. V.

VIVIR A CORUÑA

María Pedreda

Once años después del suceso, el lotero que encontró el boleto va a ser juzgado y el dinero sigue en tierra de nadie

23 may 2023 . Actualizado a las 09:41 h.

Han pasado once años desde que se selló un boleto que puso en jaque a la ciudad de A Coruña. Este tiempo ha dejado decenas de incógnitas, una muerte y un giro argumental que ha puesto al bueno de la película en entredicho; ingredientes de sobra para el caldo que se sirve esta noche, en forma de documental, en La 2. TVE reconstruye hoy a las 21.45 horas en el programa En Portada un caso tan sonoro como surrealista que hizo soñar a casi 300 ciudadanos, los mismos que aseguraron ser los dueños de una primitiva premiada con más de 4,7 millones de euros que nadie ha llegado a disfrutar. Explicamos qué ocurrió con el boleto que se selló el 26 de junio del 2012 y apareció días después en la administración de Loterías de San Agustín, y qué cabos quedan por atar en este rocambolesco ¿Quién quiere ser millonario?

La diosa Fortuna aparece en A Coruña

Los 400.000 euros del Gordo de Navidad se quedan en calderilla si ponemos el ojo en el 26 de junio del 2012. Ese día, en el centro comercial Carrefour de Alfonso Molina se dio un paseo la diosa Fortuna, premiando una primitiva con 4,7 millones de euros. Cuatro días después, el local recibe el aviso de que un boleto ganador se había sellado de manera automática, junto a tres billetes más que —se descubrió posteriormente— pertenecían al mismo hombre.

Encuentran el boleto en San Agustín

Es día 2 de julio y el lotero de la administración de Loterías de San Agustín, Manuel Reija, avisa de que dos días después del sorteo se encontró en su mostrador el billete de la primitiva perdida y premiada con 4,7 millones de euros. En varias intervenciones a los medios declaró haber actuado «de buena fe». Es más, cuando el tema saltó a la palestra mediática, se le preguntó cómo se sentía sabiendo que, de no aparecer el dueño del boleto en dos años, él se convertiría en multimillonario. Su respuesta: «Ojalá aparezca la persona. Él compró el boleto y a él tiene que ir el premio». Sí, pero antes de que el caso fuera conocido, en septiembre del 2012 el lotero reclamó el premio para sí por haberse encontrado el comprobante. Alegó que fue para que no caducase.

Pese a que los hechos se remontan a junio del 2012, hasta el 18 de septiembre del 2013 no se empezó a buscar al multimillonario perdido. Fue La Voz quien publicó la información de que había una primitiva sin dueño con 4,7 millones de euros en su haber, después de que un anuncio hablase de un objeto perdido sin mencionar la cuantía del bote ni dónde se había sellado el premio. Esto elevó el tono entre los reclamantes, que pusieron el ojo en el lotero.

Cabe recordar que, según dicta la ley, quien se haya encontrado la primitiva puede llegar a ser su poseedor de no encontrarse al dueño en el plazo de dos años. Esto no es todo: aun apareciendo el afortunado, este estaría obligado a entregar la décima parte de la cuantía a quien hubiese hallado el boleto. 

«El dueño soy yo»

Desde que salió a la luz el caso, y habiendo activado el Ayuntamiento de A Coruña un expediente de hallazgo del dueño, más de 200 personas creyeron ser millonarias frustradas. Cinco días después de conocerse la noticia ya hubo una veintena de reclamaciones, una cifra que fue engordando con cuentagotas conforme pasaron los años. Ayudó a soñar con el botín el hecho de que, al tardar tanto tiempo en iniciar los trámites de búsqueda, las grabaciones de las cámaras de seguridad de Carrefour ya habían sido borradas. Así, de quienes creyeron ser los dueños de la primitiva solo cuatro aspirantes continuaban en el 2019 peleando con la Justicia

Antonio García, una de las personas que reclamó la Primitiva premiada
Antonio García, una de las personas que reclamó la Primitiva premiada EDUARDO PEREZ

En septiembre del 2019, la Policía Nacional entrega un informe en el que se indica que Manuel Reija pudo haber engañado al propietario legítimo del boleto. Al tiempo que saltaba esta noticia, se destapaba que esa persona había fallecido «desesperada». «Su perseverancia y los restantes detalles aportados (lote de boletos validados, abono de premio con cuantía mayor, masiva presencia de clientes en la administración) resultan sorprendentemente parejos con las comprobaciones efectuadas y no una mera casualidad», detalló entonces el informe de la policía.

¿Qué papel jugó Loterías en este caso?

El hermano de Manuel Reija, Miguel, era delegado provincial de Loterías cuando apareció el boleto premiado. No han sido pocas las voces que han señalado esta casualidad y, de hecho, los reclamantes de la primitiva pidieron cárcel para ambos por supuesta apropiación indebida y estafa. Según un informe judicial, Loterías encubrió al lotero y a su hermano. El hermetismo y mutismo fueron tales que el estudio realizado por el grupo judicial revela que «reforzó la hipótesis de que la sociedad estatal los encubrió».

  • El lotero comprobó hasta en tres ocasiones el recibo, que se acompañaba de otros tres, de los que uno tenía un premio de tres euros, que sí se abonó, según se detalla en este informe. Esta versión choca con la de Reija.
  • La policía solicitó a Loterías datos sobre los premios que había entregado en los últimos cinco años el lotero de San Agustín. No llegaron a ser entregados.

¿Qué va a pasar con ese dinero? ¿Y con el lotero?

El lotero va a sentarse en el banquillo de los acusados, igual que su hermano, ya que se sospecha que urdieron una trama para quedarse con el premio. La policía y la Fiscalía sostienen que el lotero le negó el premio al ganador y, ayudado por su hermano, se las arreglaron para que el secreto no se conociese y nadie pudiese reclamar su botín. Ellos lo niegan e insisten en su «buena fe». El boleto sigue sin cobrarse más de diez años después, cuya cuantía ha aumentado notablemente por los intereses que se han generado a lo largo del tiempo.